Ricky Rubio sabe que la NBA es un negocio, y los negocios pueden ser a veces de trato frío y despiadado. Asentado de nuevo en Minnesota, donde arrancó su brillante carrera en la liga estadounidense en 2011, el base del Masnou ha criticado duramente la gestión de su anterior franquicia, los Phoenix Suns.
“No es la manera de la que me quería enterar. Especialmente lo digo por mi agente, que estaba hablando con el equipo y al que le habían dicho que mi nombre estaba fuera de la mesa de negociación pese a los rumores. Y luego pasó todo eso”, comenta el catalán en una entrevista con The Athletic. “Sientes que todo lo que te han dicho durante el año (comprar el proyecto, equipo joven, que te necesitan)… Bla, bla bla… Parece que nada era verdad”, afirma con aspereza.
Rubio brilló con los Phoenix Suns en su único año en Arizona, destacando junto al resto del equipo en la burbuja de Orlando con una racha de 8 victorias y ninguna derrota en la reanudación de la competición. Los Suns, a pesar del gran juego desplegado en Disney, se quedaron a las puertas de los playoffs.
El español no ha sido el único, de hecho, que ha rajado del trato de la franquicia. Kelly Oubre Jr. también se despachó a gusto con su exequipo y afirmó que puede “jugar para alguien que de verdad se preocupa por la organización y no tan solo la percepción externa”, en referencia a la mala reputación que Robert Sarver se ha fraguado por su pobre gestión de personal en Phoenix.
Ricky se marchó de Minnesota en 2017, y desde entonces ha jugado para los Jazz y los Suns. “La manera en al que me fui en su día no es la que quería. Entiendo que esto es una industria y cómo funciona. Tampoco estaba listo para volver el año pasado”, comenta sobre sus decisiones de los últimos años. “Las cosas han cambiado. Diez años cambian tu vida. Soy un jugador diferente y un hombre diferente. Ahora soy más maduro y estoy más preparado”.
El curso pasado, Ricky completó una de sus temporadas más completas con promedios de 13 puntos, 4,7 rebotes y 8,8 asistencias en 31 minutos de juego, con unos porcentajes de 43,9% en tiros de campo y 36,1% en triples. En su retorno a Minneapolis, el jugador se muestra entusiasmado:
“Viendo los vídeos que me han hecho con mi regreso me he quedado pensando: ‘Guau, esto pasó hace ya mucho’. Al mismo tiempo, muchos recuerdos me volvían a la mente. Era como estar en las películas, era bajar del avión y sentirte como una estrella del rock. Si me preguntas lo que se me pasaba por la cabeza, ni lo recuerdo porque estaba demasiado emocionado como para pensar”.
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