El uso constante de la mascarilla está provocando que muchas personas sufran del llamado «maskne», la aparición de pequeños granitos o acné en la zona de las mejillas, la comisura de los labios, o la barbilla. Una situación que puede empeorar durante el frío, debido a las bajas temperaturas que pueden provocar el «acné de invierno» por lo que tenemos que procurar saber cómo evitarlo y en el caso de que aparezca, saber cómo tratarlo.
Qué es el acné de invierno
El acné de invierno es una inflamación de la piel que se produce debido a las bajas temperaturas y particularmente al aire seco. Evidentemente, como el de verano, también se puede ver agravado debido a una mala alimentación y mucho estrés psicofísico, de modo que es importante saber tratar la piel de forma adecuada para evitarlo y más cuando tenemos que sumarle el hecho de usar la mascarilla para prevenir el riesgo de contagio por Covid.
Da la sensación de que el otoño es una época especialmente buena para la piel, pero el invierno suele ser más difícil. La tasa de acné aumenta con la disminución de la temperatura. Algunas personas tienen más dificultades en el verano, cuando el sudor afecta la salud de su piel, pero el aire seco del invierno es más devastador que la temporada de calor. ¿Por qué? Las bajas temperaturas de alguna manera estimulan al cuerpo a producir más sebo, especialmente en las áreas expuestas (frente y nariz), causando obstrucción de los poros y consecuentemente erupciones cutáneas.
Puedes pensar que la mascarilla va a evitar que este invierno, la nariz esté más protegida y así será en lo que respecta a los virus, pero el frío podrá penetrar sin problema, de modo que si en años anteriores ya has notado que tu nariz se pone roja o que surgen granitos alrededor durante el invierno, es posible incluso que ahora la situación se agrave de modo que es importante ponerle remedio cuanto antes.
¿Cómo se trata el acné de invierno?
Tu clave para evitar o tratar el acné de invierno de forma adecuada debe ser la hidratación. Debes prevenir el acné hidratando muy bien la piel y posiblemente aplicando una crema que cree una especie de película protectora, algo que te será también de utilidad para «protegerte» de los efectos de llevar la mascarilla durante horas.
También recuerda cubrirte la cara con una bufanda cuando salgas (al margen de la mascarilla) y usar un buen jabón que sea suave cuando limpies tu rostro todos los días (algo que debes hacer incluso si no te maquillas) y evitar los exfoliantes. Puede ser tentador querer exfoliar la piel con más frecuencia, pero el riesgo es que aumente la inflamación en caso de que el acné ya haya aparecido o que la piel esté mucho más expuesta al frío y con ello que aparezcan más granitos de la cuenta.
La importancia de un buen tónico
No olvides además, que tras cada limpieza puedes utilizar un tónico facial que de alguna manera, pueda calmar la piel no solo tras los efectos del frío a lo largo del día, sino también después de toda la limpieza aplicada. Una buena idea puede ser aplicar un tónico natural de caléndula por ejemplo que tiene un efecto muy calmante y mezclarlo además con algún aceite esencial que permita curar el acné que haya aparecido, como el aceite de árbol de té. El tónico se debe aplicar con pequeños «toquecitos» y de este modo conseguiremos que penetre bien en la piel.
Estrés y alimentación
Otro determinante del acné es el estrés, que se acumula especialmente en enero, el mes de la recuperación, los presupuestos y sobre todo el cansancio mental.. Trata de tener tiempo para ti, haciendo actividades de relajación u otras que lo ayuden a liberar la tensión, como el ejercicio, el yoga y la meditación.
Alimentación para tratar el acné en invierno
La alimentación es otra de las claves que tenemos para evitar el acné en invierno ya que si basas tu dieta en comer sano, pero también abusas por ejemplo de los alimentos procesados, las grasas y el azúcar es posible que notes como el acné sigue yendo a más y que incluso empeora debido al efecto del frío.
En este sentido, es importante intentar alimentarse de alimentos frescos como frutas y verduras, pero no te olvides de las carnes, minerales y beber también mucha agua, algo que se suele relacionar mucho con la hidratación en verano, pero que resulta también esencial estando en pleno invierno.
No te olvides que las bajas temperaturas, el frío y el aire helado que recibimos durante esta temporada (y además a diario) reseca en exceso la piel y de ahí, como hemos dicho, que haya un aumento de la aparición de acné, por lo que al margen de los cuidados mencionados, no debemos olvidarnos de beber mucha agua (se recomiendan unos dos litros al día) para poder mantener la hidratación de la piel y con ello poder ayudar a que el problema del acné se resuelva o de hecho que lo podamos evitar en la medida de lo posible.