La Real afronta una doble cita en la cumbre

Mientras deshace la maleta y pone en marcha la colada, la Real se ajusta la corbata. La próxima cita es inmediata y no hay tiempo que perder. Ayer en Cádiz, hoy en Alkmaar, mañana al fondo de la Avenida de Madrid. De una esquina a otra a la velocidad de la luz, a un ritmo trepidante. La exhalación corre tanto, que entre finales de noviembre y el nacimiento de diciembre llegan las primeras cumbres de la temporada. De ahí que sea recomendable ataviarse con el traje de los domingos. La ocasión merece distinguirse.

Las posibilidades de la Real en Europa League
Las posibilidades de la Real en Europa League

La agenda contempla en primer lugar un partido de muy atractivo calibre. La Real recibe al Villarreal en Anoeta mañana a las 21.00 horas. El partido es la representación de un pulso por todo lo alto entre el primero de la clasificación y el tercero. Uno de los desafíos más grandes que en estos momentos se le pueden presentar a la Real, intratable en la Liga que puede alejar al ‘submarino amarillo’ a 7 puntos.

El voltaje contra el Villarreal monopoliza la atención de Imanol Alguacil con el futuro en la Europa League como trasfondo. El jueves visita Donostia el eliminado Rijeka. La Real aspirará, en su segundo compromiso seguido en casa, a sellar la clasificación a los dieciseisavos de la Europa League. O, en su defecto, a impulsarse con la ventaja necesaria para rematar la faena una semana después en Nápoles. Todos los indicios apuntan a que el viaje a la Italia sureña no entra, ni por asomo, en las charlas que hoy dedique Imanol a su plantilla. El entrenador se seguirá aferrando al más rabiosa actualidad del siguiente partido.

Diversión en soledad

La Real palpa esta tarde el estado del nuevo césped de Anoeta. La cita define la vorágine: sólo un entrenamiento en condiciones convencionales para ensayar un partidazo como es la visita al Villarreal. Los que fueron suplentes el jueves se ejercitaron ayer en Alkmaar en una sesión más de andar por casa que fogosa. Imanol cuida el detalle de la carga de trabajo para que la plantilla respire entre la Liga y Europa.

Que la doble cita contra el Villarreal y el Rijeka sea en Anoeta es bendecido en el vestuario como un bálsamo. La Real le ha cogido la medida a ser local sin público. Es tan contradictorio como divertirse en soledad, pero la progresión del equipo con respecto a las dubitaciones posteriores al confinamiento de primavera es palpable.

Los resultados de esta temporada en Anoeta son una garantía. La Real gana el 57% de sus partidos como cicerone entre la Liga y la Europa League. El equivalente a haber conseguido vencer en cuatro partidos de siete con un solo empate y dos derrotas. Getafe (3-0), Huesca (4-1), AZ Alkmaar (1-0) y Granada (2-0) han puesto pies en polvorosa con el saco de los puntos vacío. El Real Madrid (0-0) es de momento exclusivo empatando en Anoeta y los dos que batieron a la Real han sido el Valencia en Liga y el Nápoles en la Europa League (0-1 en ambos casos).

El gol es sinónimo de triunfo

La Real ha marcado 10 goles en los siete partidos que lleva en Anoeta. Más de uno por partido, casi uno y medio (1,43). Remiro y Moyá -en el partido que jugó ante el AZ- han encajado tres (0,43 por partido). El gol de la Real en Anoeta es sinónimo de triunfo: cada vez que los txuri urdin han visto puerta, la victoria se ha quedado en Gipuzkoa. Real Madrid, Valencia y Nápoles resistieron y empataron o cantaron victoria.


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