El enésimo contratiempo sufrido por Eden Hazard ha provocado una olea de preocupación en el Real Madrid. El extremo belga, que empezaba a ver la luz del túnel y encadenaba ya tres titularidades consecutivas (Villarreal, Inter y Alavés) se retiró con problemas musculares y, a la espera de un diagnóstico, su presencia en los próximos partidos es una incógnita.
Por lo pronto, ya se cayó de la lista de convocados para el partido contra el Shakhtar Donetsk del próximo martes, donde sí estará, para alivio de Zidane, el añorado Karim Benzema. La ausencia del belga supone un nuevo quebradero de cabeza para el entrenador francés, que deberá improvisar un nuevo tridente de ataque en Kiev.
Aunque maneja varias posibilidades para reemplazar a Hazard, el flojo rendimiento en las últimas semanas de Asensio, Vinicius o Rodrygo deja un hueco importante en la posición de extremo.
El mallorquín (0 goles y 0 asistencias esta temporada) está en el ojo del huracán tras sus últimas actuaciones y ni siquiera la confianza que le mantiene Zidane sirve para que su rendimiento mejore.
El irregular Vinicius combina partidos meritorios con otros en los que su ímpetu le pasa factura mientras que su compatriota Rodrygo, que ha marcador goles importantes ante el Inter en Champions, suele pasar totalmente desapercibido cuando no ve portería.
El único jugador que ha mantenido un nivel regular en los últimos es Lucas Vázquez, pero las bajas en defensa, sobre todo la de Carvajal, ha obligado a Zinedine Zidane a tener que reubicarlo en el puesto de lateral derecha.
Otra opción para el preparador galo, a tenor de los buenos minutos que encadena Martin Odegaard, es utilizar al noruego en alguna de las dos bandas, posición que no le es ajena en su paso por la Eredivise.
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