Hace una semana el Barça era el asombro de Europa. El equipo azulgrana había encadenado ocho triunfos seguidos, era líder de la Euroliga (aún lo es) y, lo más importante, había mostrado un nivel de juego espectacular que le había llevado a arrasar a un buen número de sus rivales. Pero todo ha cambiado esta última semana, en la que el conjunto de Sarunas Jasikevicius ha perdido de forma clara sus dos últimos compromisos, el pasado viernes en pista del ASVEL, que llegaba al duelo como colista de la máxima competición continental (80-68), y este martes en el Palau contra el Valencia, que figuraba en 12ª posición de la Liga Endesa (90-100).
¿Qué ha cambiado en esta última semana, la más negra del equipo azulgrana de la era Saras? Un repaso a estas dos últimas derrotas del Barça permite extraer algunas conclusiones que servirían para explicar las razones de este cambio de cara del equipo.
Fría puesta en escena
Tanto en Villeurbanne como este martes en el Palau, el Barça ha entrado muy frío a los partidos. En pista del ASVEL los azulgrana acabaron el primer cuarto 6 puntos por debajo (25-19), desventaja que se incrementó hasta 9 al descanso (45-36). Algo similar sucedió ante el Valencia, que aprovechó la floja puesta en escena de los de Jasikevicius para abrir una renta de 10 puntos en el primer parcial (22-32). El Barça reaccionó para igualar el duelo al descanso (51-51) pero acabó pagando después el jugar siempre a remolque de su rival. “Siempre hemos ido un paso por detrás y no hemos merecido ganar”, admitió el técnico lituano tras la derrota.
Jasikevicius lamentó en las dos ocasiones la deficiente mentalidad de su equipo. “El ASVEL ha jugado más motivado y por ello es más dolorosa la derrota”, señaló el viernes. “No era la reacción que esperábamos después de perder el último partido contra el ASVEL. Está claro que no hemos podido mentalizarnos contra un equipo que juega muy buen baloncesto, especialmente en ataque”, dijo tras el revés contra el Valencia.
Mala defensa del triple
Un cambio notorio respecto a los anteriores encuentros del equipo fue su mala defensa del lanzamiento exterior del rival. El ASVEL firmó 13 triples contra el Barça con un extraordinario porcentaje de acierto del 62%. Y algo parecido sucedió este martes contra el Valencia, que firmó 12 triples con un 52% de acierto.
Esas cifras contrastan con las que presentaba hasta ahora el Barça, que es el que presenta la cuarta mejor defensa del triple de la Euroliga con un 33,3% de acierto de sus rivales, y la segunda mejor de la Liga Endesa, donde solo concede un 33,6% de acierto a sus rivales.
La presión del Barça sobre la línea exterior de sus rivales, con muchas ayudas y ‘dos contra uno’ sobre el balón, tiene sus riesgos cuando no se ejecuta muy bien. Si la pelota supera ese ‘trap’, la defensa queda desequilibrada y un rival con buena circulación de balón y paciencia es capaz de encontrar a sus tiradores liberados. Y si en ese equipo muchos jugadores pueden anotar de tres, tienes un problema importante. En el ASVEL hasta siete jugadores consiguieron algún triple contra el Barça y en el Valencia, también siete.
El resumen del Barça – Valencia de baloncesto
Menor disciplina táctica
El Barça arriesga mucho en defensa, lo que es un arma de doble filo. Cuando está bien ejecutada, logra desorganizar el ataque rival y limitarlo de forma notable. Pero cuando los cinco jugadores no van a una o no ponen la agresividad necesaria, el efecto puede ser el contrario.
Fue sintomático el tiempo muerto del último cuarto en el que Sarunas Jasikevicius se apartó del grupo y dejó solos a sus jugadores para que reflexionaran. “Era muy difícil entrar al tiempo muerto cuando se está haciendo todo lo contrario de lo que dices””, señaló el técnico al final a los micrófonos de Movistar. “A veces yo salgo y asumo mi responsabilidad por no haber preparado bien al equipo. Hoy no puedo hacer eso”.
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