El balón parado condena a la Real a jugársela en Nápoles

La Real se jugará la clasificación en Nápoles después de empatar a dos goles frente a un Rijeka ultradefensivo que castigó de forma severa la mala defensa del balón parado txuri urdin. Los de Imanol jugaron todo el partido cuesta arriba, tuvieron que remontar dos veces y eso, unido a que no tuvieron la clarividencia suficiente para romper el muro croata, les dio un punto que es un mal menor ya que les permite depender de sí mismos el jueves que viene. Si ganan al Nápoles en su campo se clasificarán como primeros de grupo y, cuánto menos, tendrán que repetir el resultado del AZ en Rijeka para pasar.

Real Sociedad-Rijeka, en imágenes

El ejercicio de paciencia al que preveía enfrentarse la Real se confirmó desde primer segundo. Lo que no podían esperar los txuri urdin era el mazazo, el jarro de agua fría, con el que se iban a retirar al descanso, perdiendo 0-1 ante la ‘cenicienta’ del grupo y con su clasificación para dieciseisavos comprometida.

Todo después de una primera parte de juego muy poco fluido de los blanquiazules, y con varias salidas rápidas de los croatas que antes de marcar ya amenazaron. Hasta en tres ocasiones les pitaron fuera de juego en jugadas en las que se habrían quedado solos ante Remiro pero en el minuto 36, en otra transición, Monreal regaló un córner en un centro lateral en el que estaba sólo en el área y lo aprovechó el Rijeka para marcar. Con un córner de toda la vida. Centro, peinada en el primer palo y remache posterior. Para entonces, la Real había dispuesto de varios en el que el ejército de técnicos que tiene intentó dar con la fórmula de la Coca Cola. Dos los lanzó directamente fuera y otro lo tocó con la mano Isak para que el árbitro, para pasmo de la mayoría,pitara penalti. Unos minutos después, no se sabe muy bien cómo porque no hay VAR, anuló su decisión a instancias del auxiliar. La sospecha de que hubo algo más que una visión de halcón del juez de línea se extendió sobre Anoeta. La decisión fue justa sí, pero si no hay VAR y el penalti ya estaba pitado…

No fue el mejor día del delantero sueco que tuvo hasta cuatro ocasiones más o menos claras que falló. Casi todas las de la Real. Dos veces le encontraron con pases filtrados entre la pobladísima defensa croata y en las dos remató blando con la izquierda. En otra acción similar, esta vez orientado hacia su pierna buena, el portero se le echó encima y su picada no fue suficiente para superar a Nevistic. Y ya con 0-1, un cabezazo en un córner se le fue fuera por poco. Fue todo lo que generó una Real muy atascada, jugando hacia dentro como su fuera un embudo donde el Rijeka se defendió sin mayores apuros.

Sin grandes cambios en su idea, la Real inició otro asedio en la segunda parte. Con prisas, cada vez con más ansiedad. Tras un disparo lejano de Le

Normand que abrió las hostilidades, obligando a Nevistic a hacer una gran parada, a punto estuvo además el Rijeka de cazar a la Real. Un error de Zaldua, que se tropezó con el balón al intentar cortar, dejó solo a Muric ante Remiro que salvó con su mano el 0-2. A partir de ahí, la Real acometió diez minutos de ofensiva por tierra mar y aire, sin éxito. Un cabezazo de Oyarzabal fuera, otra vez el eibarrés a trancas y a barrancas para que el portero le sacara un mano a mano, una falta de Januzaj cuyo rechace casi se lo meten en propia meta, una volea al aire de Monreal, precipitado, cuando estaba sólo en el área… Frustración absoluta.

Imanol buscó soluciones. Gorosabel, Bautista y Willian
José a jugar. Y las encontró. En la primera acción del lateral de Arrasate en ataque metió un centro al área que Bautista cazó de forma sensacional en el área con un control orientado y girándose a la vez para fusilar con la izquierda a la media vuelta.

Cuando lo más difícil parecía hecho, la Real cometió otro error garrafal. Primero concediendo dos córners seguidos, que el Rijeka no desaprovechó. Un balón suelto tras ser peinado en el primer palo, similar al 0-1, lo aprovechó Loncar para poner el 1-2 y dejar a la Real con un pie fuera de Europa.

Con un cuarto de hora por delante a la Real no le quedaba más remedio que la heroica y se volvió a meter en el partido con un segundo gol. Monreal recibió en el segundo palo con todo el rival en el área y su disparo cruzado lo desvió un defensa a la red. Le quedaban algo más de diez minutos para intentar ganar.

Los últimos minutos, sin capacidad ya de los croatas de salir de su campo, se jugaron no ya en campo del Rijeka, sino casi en su área. A la Real, sin embargo, le costó mucho crear opciones más allá de colgar balones. En la última acción, en el 94, Zubimendi cazó un rechace que se iba para dentro pero un defensa la desvió de forma milagrosa.