A perro flaco todo son pulgas. Este Bilbao Basket no acaba de tener suerte. Nada de contar con un partido tranquilo, una semana de crecimiento como grupo ni nada por el estilo. Si no es un aplazamiento, es alguna lesión, el Covid o la no aclimatación de algún jugador.
Ayer, ante un rival con mayor rotación, fue la incomprensible lesión de
Balvin
y las secuelas del Covid en
Hakanson
lo que provocaron que el equipo llegara fundido al tramo final del partido. Incomprensible lo de
Balvin
porque lo hizo con su selección, que ya está clasificada y que es juez y parte en un grupo de clasificación en el que nada se juega…tremendo.
La gasolina y la rotación dieron de sí lo que pudieron.
Senglin
terminó el partido sin oposición, anotó donde quiso mientras iban cayendo piezas del banquillo bilbaíno.
Dos
Anjos
hizo un partido loable, pero no es
Balvin
,
Rousselle
lo intentó, pero necesita descansos, y aún es pronto para la dupla
Huskic–Miniotas
. Si le sumas que
Kulboka
no acaba de coger el protagonismo que tiene reservado en el tiro o que
Brown
tampoco es base el resultado es perder por agotamiento.
Toca pasar página y recuperar efectivos de cara a otra final el domingo ante un rival directo. No se espera a nadie y vienen semanas de exigencia máxima, enfocados en cada partido, en cada entrenamiento. No queda otra.
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