El triunfo en el derbi es ajeno al Atlético de Madrid desde hace dos años y cuatro meses, desde el 15 de agosto de 2018, desde la Supercopa de Europa que ganó al Real Madrid en Tallín en la prórroga (2-4).
No ha vuelto a ganarlo ni en la Liga -con cuatro enfrentamientos con el de este sábado, con tres derrotas y un empate- ni en la Supercopa de España, cuando igualó a cero en la final en Arabia Saudí del pasado enero y cayó en los penaltis.
No sólo eso, el equipo de Simeone nada más ha marcado un gol en los últimos seis derbis. Se quedó a cero en los otros cinco, con la imposibilidad de ganar que supone tal condicionante, que ni siquiera lo reencontró este sábado por mucho que en su equipo cuente con Luis Suárez, Joao Félix o el descubrimiento de Marcos Llorente.
En concreto en la Liga, la racha en el derbi es aún más alargada: no ha vencido ninguno de sus últimos ocho enfrentamientos contra su ‘eterno’ rival en el campeonato, desde el 27 de febrero de 2016, cuando venció por 0-1 en el Santiago Bernabéu. Hace ya cuatro años y once meses, demasiado tiempo tal y como ha sido la era Simeone.
Es un frenazo para el ‘nuevo’ Atlético, que pierde 26 jornadas de Liga después, además sin la condición de único invencible aún en este curso de LaLiga y ya sin las sensaciones que había demostrado hasta ahora. No sólo en los resultados (ocho triunfos y dos empates hasta el derbi), sino también en el paso adelante por un juego más combinativo y ofensivo, eficiente también en su defensa.
El Atlético pierde, a la vez, después de siete victorias consecutivas, una serie que trazaba desde que fue campeón en 2013-14, y pone en duda de nuevo su liderato, pendiente del resultado dominical de la Real Sociedad contra el Eibar, al tiempo que reduce su distancia sobre el Real Madrid de seis a tres puntos. Aún hay mucha Liga. Aún necesita mucho más el conjunto rojiblanco.
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