Bertín Osborne y su esposa Fabiola Martínez se han separado. Una relación de 20 años y 14 de matrimonio que todo el mundo daba por definitiva, ha llegado a su fin y el cantante se responsabiliza de este final que le está afectando profundamente. Este domingo ante la inminente aparición de la noticia en un programa de televisión, el cantante publicó un comunicado en el que reconocía que la separación de su matrimonio era un hecho, en el que especificaba que no había terceras personas que motivaran la decisión y en el que asumía, de alguna forma, la responsabilidad final. “Yo confieso que soy complicado en el día a día y asumo toda la responsabilidad en los motivos que han dado lugar a esta decisión”, afirmaba el cantante.
Una noticia que pillaba por sorpresa a la mayoría pero que visto con perspectiva debía llevar meses gestándose. En octubre del pasado año Osborne volvía a ser noticia en las redes sociales por su dura reacción contra un youtuber llamado El Nadista que daba información errónea sobre su familia –dijo que su hijo mayor, Kike, estaba ingresado por coronavirus y se refirió a Fabiola como su exmujer– y el artista le respondió en un vídeo en el que le llamaba “sinvergüenza” por “hacer negocio con estas cosas y encima con mentiras”. “Cuando lo vi había engañado ya a 60.000 personas”, dijo.
Este periódico se puso en contacto entonces con Osborne para preguntarle por la polémica y sus nuevos proyectos y el cantante, habitualmente extrovertido y cercano, se mostró apagado y reticente en un primer momento: “Estoy de bajón, no tengo muchas ganas”, dijo antes de decidirse a conceder una entrevista que se realizó por videoconferencia. Finalmente habló de sus nuevos proyectos en Canal Sur, El show de Bertín; de las nuevas grabaciones de Mi casa es la tuya, el programa de entrevistas que le ha hecho casi más famoso que su trayectoria como cantante, y también lo hizo de su familia. Según contó entonces se encontraba muy desanimado y de alguna forma trató de justificar su evidente estado de ánimo atribuyéndolo a cómo le estaban afectando los meses de pandemia y confinamiento. “Llevo muchos días sin ver a mi familia por extremar las precauciones para evitar un contagio porque cada dos o tres días tengo grabación de mis programas”, afirmó entonces, justo poco después de que se conociera que Kike y algunos otros miembros de la familia habían dado positivo en covid, aunque se encontraban sin síntomas graves de la enfermedad. También contó, y lo atribuyó a motivos laborales, que su familia vivía en Madrid, mientras él tenía su base en su casa de Sevilla.
Su esposa, Fabiola, siempre termina por aparecer en sus conversaciones, y no faltó en aquella ocasión. Primero porque no para de reconocerle el esfuerzo y fortaleza que ha demostrado desde el nacimiento de Kike, su primer hijo en común que nació con graves secuelas a causa de la listeria que afectó al feto durante el embarazo, y en segundo lugar porque parte de la familia de ella viven en el entorno del cantante desde que tuvieron que abandonar Venezuela, país de origen de su esposa, y Osborne se siente muy implicado con la situación de ese país que confiesa amar tanto por el contacto directo que ha tenido por sus viajes profesionales como por las raíces de su todavía familia política.
En aquella entrevista su estado de ánimo se notó cuando la conversación se dirigía hacia el tema familiar y pronunció unas palabras que ahora se antojan proféticas: “La familia es lo más importante para todos, algunos lo saben y otros a lo mejor se enteran en algún momento de su vida. Cuando uno es joven las prioridades son otras, pero cuando te conviertes en una persona medianamente razonable te das cuenta y las recolocas”, dijo.
A Bertín Osborne, que ha conseguido un papel relevante como entrevistador, también se le nota que echa de menos más actividad como cantante, un hecho en el que durante el último año han influido las consecuencias de la pandemia. “En televisión voy a divertirme y voy a un curro, pero lo que más me gusta es subirme a un escenario y cantar”, afirmó a EL PAÍS. “Cuando oigo a los músicos me vengo arriba como una persiana. Lo sentía en 1981 y me sigue pasando ahora, eso no me pasa en televisión”, confesó.
Bertín Osborne y Fabiola Martínez se conocieron en 2001, cuando la modelo participó en un casting para formar parte del elenco de un videoclip que se iba a realizar para promocionar una de las canciones de rancheras del cantante. Un encuentro en el que sintieron un flechazo, según confesaron más tarde, y que acabó en boda cinco años después cuando contrajeron matrimonio el 10 de junio de 2006 en la Hacienda San José, su finca de Sevilla, rodeados de todos los suyos. El glamur que acompañó a la pareja durante sus primeros años juntos se transformó en lucha y solidaridad con la llegada de su primer hijo, Norberto Enrique, quien nació prematuramente a principios de 2007 con un lesión cerebral causada por una listerioris. “Nos dijeron que no hablaría ni vería ni andaría…”, contó la expareja tiempo más tarde. Desde entonces, especialmente Fabiola pero también Bertín, se volcaron en encontrar soluciones para su hijo y las dificultades que hallaron en el camino les llevó a crear una fundación que ayuda a familias que se encuentran en su misma situación, especialmente a encontrar soluciones, doctores y caminos que ellos tuvieron que recorrer en solitario pero apoyados por la bonanza económica de la que disfrutan, como han reconocido muchas veces.
En 2008 nació su segundo hijo, Carlos, un niño del que su padre dice que es “muy listo y muy artista”, y que se vuelca como sus padres en su hermano mayor, que ha tenido que pasar varias veces por el quirófano para ir solucionando diversos problemas relacionados con su enfermedad y destinados a mejorar su calidad de vida. Durante todo este tiempo la vida profesional de Fabiola Martínez ha quedado relegada a un segundo plano y se ha dedicado de lleno a sus hijos y a la Fundación Bertín Osborne, de la que el cantante admite es su principal impulsora. El artista siempre ha reconocido públicamente la labor de su esposa dentro del entorno familiar pero también su generosidad y entrega con las familias que acuden a buscar ayuda a la fundación. “Madre es la palabra más bonita en cualquier idioma, pero las madres de niños con parálisis cerebral son las GEO de las madres, por eso quiero agradecerte todo lo que haces”, dijo en una de sus últimas apariciones públicas juntos.
Bertín Osborne tiene otras tres hijas de su primer matrimonio con Sandra Domecq, que falleció a causa de un cáncer después de llevar años divorciados. Alejandra, Eugenia y Claudia forman con Kike y Carlos, un compacto grupo familiar al que se une Ana Cristina la hija que Sandra tuvo junto a su segundo marido Fernando Portillo. Un grupo que ahora deberá recolocarse pero que encontrará su forma de mantener los afectos que les unen como ocurrió cuando Osborne se separó de su primera esposa: “A pesar de que no estuviéramos casados la adoraba y la ayudaba en todo. Yo siempre me acuerdo de los ratos buenísimos, y el lado buena de mi matrimonio fue maravilloso”, dijo en octubre sobre su relación con Domecq. Ahora toca que ese espíritu se traslade a la relación con Fabiola Martínez y todos sus hijos, un hecho que sin duda ocurrirá porque ambos siguen mostrándose respeto y admiración mutua.
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