Los San Antonio Spurs superaron con una gran actuación coral, su sello de toda la vida, a los Portland Trail Blazers de un gran pero solitario Damian Lillard, que no pudo celebrar así su nombramiento como mejor jugador de la semana pasada en la NBA.
Con un acelerón en el último cuarto impulsado por Rudy Gay, autor de 21 puntos, los de Gregg Popovich tuvieron suficiente para rematar por 104-125 un encuentro que lideraron prácticamente en su totalidad.
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Hasta cuatro jugadores superaron la veintena para los texanos: LaMarcus Aldridge (22), Patty Mills (21), el propio Gay y un DeMar DeRozan magnífico, autor de 20 puntos, 6 rebotes, 11 asistencias y 2 robos de balón en el encuentro.
A base de acierto desde el perímetro y eficiencia en ambos lados de la cancha, los de Popovich mostraron una superioridad clara ante un rival mermado por las bajas: a las de larga duración de Zach Collins y Jusuf Nurkic se añadieron anoche las de los CJ, McCollum y Elleby, ambos con problemas en los pies.
Lillard sumó otra actuación brillante con 35 puntos y 6 asistencias, aunque falló desde la línea de tres (3-10). Tan solo le acompañaron más tímidamente Rodney Hood (21) y Carmelo Anthony (14).
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Lo cierto es que San Antonio mató el partido desde el perímetro. El equipo terminó con un 15 de 33 (45,5%) demoledor. Dos triples en el último cuarto de Gay sirvieron para apaciguar los intentos de remontada impulsados por Lillard, que con promedios de 30,3 puntos, 7,3 asistencias y 5,3 rebotes lideró a los suyos a una semana victoriosa de 3-1 cortada ahora por la derrota ante San Antonio.
A pesar de no lograr alcanzar los playoffs por primera vez en 22 años el curso pasado, el programa de Gregg Popovich sigue sacando lo mejor de sus jugadores. Con un récord de 8 victorias y 6 derrotas, los Spurs siguen al pie del cañón y en la conversación por los playoffs un año más, y nunca pueden ser desestimados.
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Los Blazers (8-6) se enfrentan una vez más a los apuros en su lucha ferviente por lograr un título. Lillard siempre apunta a ello al inicio de curso, pero su talento siempre se encuentra con palos en la rueda en forma de mejores rivales, mala suerte con los emparejamientos o, simplemente, mala fortuna con las lesiones.
En 2021, por ahora, el físico vuelve a fastidiar los planes de Portland. Lo bueno es que todavía queda mucha temporada.
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