Fabiola Martínez, pareja de Bertín Osborne durante 20 años y su esposa durante 14, se ha cansado de especulaciones sobre su separación matrimonial y durante este fin de semana ha publicado en su cuenta de Instagram un extenso vídeo en el que aclara los puntos más controvertidos del fin de su matrimonio.
“No tengo necesidad de contar estas cosas, pero me apetece porque creo que puedo aclarar y que no se siga especulando”, comienza diciendo Fabiola en su publicación con gesto bastante serio. Lo primero que aclara, cansada de informaciones que ha visto desde que el matrimonio anunció su separación, es que no va a haber ningún conflicto económico con Bertín Osborne. “Nos casamos en separación de bienes absoluta y esto significa que ninguno tiene obligación con el otro”, especifica sobre este punto. Afirma que afronta la nueva etapa de su vida con la tristeza que supone su fracaso matrimonial con el padre de sus dos hijos, Kike y Carlos, pero también afirma sentirse agradecida por los años que ha vivido junto a él y sentirse tranquila. “Probablemente vendrán tiempos complicados porque una separación no es fácil”, reflexiona en su publicación. Y también afirma que aunque ninguno de los dos tienen responsabilidades económicas respecto al otro si tendrán que establecer acuerdos económicos sobre las “responsabilidades de manutención” de sus hijos. “Es lo único en lo que respecta a lo económico que tenemos que hablar”, aclara.
En el vídeo también hace referencia a temas más personales por los que ha sido criticada en los últimos días. Manifiesta que a nivel profesional tiene muchas cosas que colocar y que ha cambiado su apellido porque cuando se casó con el cantante adoptó el de su marido. “Lo hice así porque es costumbre en Venezuela, mi país, y yo soy una mujer de costumbres”, ha aclarado visiblemente molesta con las críticas que ha recibido por este motivo.
En la línea de discreción que siempre ha mostrado, Fabiola Martínez ha hecho todas estas aclaraciones recurriendo a sus redes sociales y no vía exclusiva en alguna revista como seguro podía haberlo hecho. Su mayor preocupación es dejar claro que la separación se ha producido de mutuo acuerdo y que los conflictos económicos no van a existir: “Lo que él tenga o deje de tener es suyo y solo suyo. Lo que yo tenga o deje de tener es mío y solo mío”, señala en su vídeo. También concreta que la vivienda familiar en la que reside la familia en la urbanización de La Florida en Madrid, dejará de serlo en breve. Explica que la casa no es de su propiedad y que su propietario trata de venderla desde hace dos años y que ellos no quisieron comprarla porque no está adaptada a las necesidades especiales de su hijo Kike, que sufre una parálisis cerebral a causa de la listeria que le afectó durante los meses de gestación.
Los planes de la pareja eran continuar viviendo en la casa hasta que encontrasen la vivienda perfecta para su situación, pero “ahora son otras circunstancias y ya tomaremos decisiones, no tenemos nada clara al respecto”, afirma sobre el que ha sido su hogar y que los espectadores conocen porque en ella se han realizado muchos de los programas de entrevistas de Mi casa es la tuya que conduce Bertín Osborne.
El cantante y entrevistador también se ha pronunciado sobre los temas económicos de su separación en la revista ¡Hola!. Osborne ha explicado que fue Fabiola quien le puso la condición de hacer separación de bienes antes de casarse: “Me lo exigió ella. Yo la verdad es que no se lo hubiera pedido, pero fue ella la que me lo puso como condición”, afirma el artista. También ha detallado que durante una de las conversaciones que ha tenido en estos días con la modelo venezolana su todavía esposa le dijo: “Yo no quiero nada. Soy mayorcita, tengo trabajo, me sé buscar la vida y no quiero nada. Tú ocúpate de tus hijos. Nada más. Además me quiero cambiar a una casa más pequeña en Madrid y también te costará menos”.
Osborne, que no deja de halagar a la que es su mujer y la califica de íntegra, independiente y brillante, también aclara que no existen terceras personas en su separación: “No voy a encontrar a nadie igual que Fabiola, de manera que no voy a buscar más. Me corto la coleta como los toreros y me dedicaré a mi trabajo, a mis hijos, a mis amigos, a mis animales y al deporte. Lo demás, ¿para qué?”, dice. El artista, de 66 años, no se cansa de repetir que considera que su forma de ser ha sido determinante en el fin de su matrimonio y que la dificultad a la hora de convivir por sus distintas personalidades ha sido la causa del fin de su matrimonio. Sobre su patrimonio recalca, como lo hace Fabiola Martínez, que la casa de Madrid y la de Marbella, que también ha salido en algunos de sus programas, son alquiladas y que la que sí es de su propiedad es la Hacienda San José, la finca de Sevilla que afirma está hipotecada.
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