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La tercera ola de la pandemia del coronavirus ha llevado a España al mismo filo del abismo en el que vivió durante la pasada primavera. El país acaba de lograr dar un vuelco a la curva de nuevos contagios, pero lo ha hecho in extremis, justo cuando la presión sobre los hospitales, especialmente sobre las UCI, empieza a ser insoportable. Una presión que sigue creciendo en la mayor parte de España.
Lo aprendido durante los 10 meses de epidemia señala que no hay uno, sino cuatro picos en una ola. El primero en alcanzarse es el de contagios. El segundo, el de hospitalizaciones, suele producirse una semana más tarde, mientras las UCI necesitan algo más de tiempo para notar el alivio. El último gráfico que marca el cambio de tendencia es el de los fallecidos. El Ministerio de Sanidad ha comunicado este jueves 515 nuevas muertes, un terrible balance que se mantendrá aún en estos niveles varios días más mientras se va transitando por la sucesión de picos.
Los datos notificados este jueves muestran que España está haciendo equilibrios sobre los máximos de la tercera ola. Hace justo una semana, el balance diario de Sanidad marcó el mayor número de nuevos casos (44.357), cifra que este jueves ha descendido a 34.899. Ha sido el primer día del año en el que ha bajado la incidencia hasta situarse en los 890 casos por 100.000 habitantes, 10 menos que ayer miércoles.
Las hospitalizaciones no empezaron a descender hasta este miércoles y este jueves lo han seguido haciendo, aunque muy levemente. Pero la presión sobre las UCI, la clave de bóveda que puede marcar el colapso del sistema sanitario y obligar al más duro de los confinamientos, sigue creciendo. Y lo hace en un escenario donde se mantienen abiertas incertidumbres como el impacto que acabará teniendo la nueva variante descubierta en el Reino Unido, sobre la que las autoridades europeas llevan más de dos semanas alertando.
“Según los datos que tenemos, podemos esperar que llegue a ser la predominante en España a finales de febrero o la primera quincena de marzo. Esto tiene algunas implicaciones porque la cepa es más transmisible”, ha explicado el director de emergencias de Sanidad, Fernando Simón, que cada vez ofrece plazos más cortos sobre la rapidez con la que la variante se propaga.
El director de emergencias ha admitido que hay zonas de España donde la nueva variante ya supone el 20% de los casos, aunque ha asegurado que “están delimitados”. “A nivel nacional estamos alrededor del 8%”, ha seguido antes de insistir en que “las medidas que hay que tomar son las mismas” para la nueva y las viajas variantes, y que “todavía se pueden implementar más medidas sin modificar el decreto de alarma”.
Estos datos, además, no reflejan la diversidad de situaciones que se viven en las comunidades autónomas. De hecho, el descenso en las hospitalizaciones de los dos últimos días se debe principalmente a la notable mejora de los datos en dos autonomías: la Comunidad Valenciana (que pese a ello está en “una situación muy crítica”, según Simón) y Cataluña, que este jueves tienen en conjunto 466 camas ocupadas menos que el martes. Mientras, en Castilla y León, Galicia y Andalucía siguen entrando a los hospitales más pacientes de los que salen.
“Hay 11 comunidades en situación de estabilización o de descenso, pero eso no es lo mismo que el descenso en la ocupación de camas. La presión hospitalaria se va a mantener durante unos días”, ha reiterado Simón.
Andalucía y Galicia, junto a Murcia y Valencia, son algunas de las que están sufriendo ahora el peor golpe del coronavirus, incluso más duro que en primavera.
El gran problema, sin embargo, sigue estando en las UCI. En el conjunto de España se ha frenado el crecimiento de plazas ocupadas, pero este jueves son 97 más que este miércoles y ninguna comunidad ha logrado revertir de forma clara la tendencia. El pico de las UCI, por tanto, aún deberá esperar un poco.
Más de la mitad de España vive con más de las 40% de las plazas de ocupadas por enfermos de covid, que se suman una ocupación similar de pacientes que sufren otras patologías. Baleares, Castilla y León, y Extremadura superan este porcentaje; Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid y La Rioja superan el 50%; y la Comunidad Valenciana, con el 63%, marca un máximo desconocido desde el mes de abril.
El origen de los problemas, como han venido alertando todos los expertos, es que la tercera ola —que arrancó tras el Puente de la Constitución— llegó cuando la segunda aún no había terminado. Esto ha hecho que las UCI, que en octubre estaban por debajo del 15% cuando los ingresos empezaron a aumentar, tuvieran en algunas comunidades hasta una de cada tres plazas ocupadas cuando arrancó la actual escalada de contagios.
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