Saturday Night Live se ha convertido, por primera vez en su casi medio siglo de historia, en el programa de comedia más visto de toda las cadenas estadounidenses. El hito resulta curioso, al tratarse de un espacio que nació en 1975 y que ya es todo un icono de la televisión tras 46 temporadas en antena. Los siete primeros episodios de la actual temporada del formato de sketches de la cadena NBC (en España se puede ver en Movistar +) han promediado 4,1 millones de espectadores en el tramo de edad de 18 a 49 años al sumar su emisión en la televisión tradicional con la audiencia en diferido. Es un 27% más que la media de los siete primeros episodios de la temporada pasada. Se trata del mejor resultado obtenido por el espacio desde el año 2016. Destaca el crecimiento en visualizaciones del programa completo a través de plataformas digitales, un 64% superior que en el mismo periodo del año pasado. Desde que Nielsen comenzó a medir las audiencias en 1987, esta es la primera vez que se sitúa como el espacio de humor más visto de toda la televisión estadounidense, tanto en abierto como de cable.
Se puede achacar estos resultados, que adelanta The Hollywood Reporter, a varios factores. Por un lado, la pandemia de la covid ha llevado a los espectadores a decantarse por espacios amables y evasivos en los que el humor es protagonista. El resurgimiento de las comedias de situación como las favoritas de los usuarios de las plataformas digitales es otra muestra de esa búsqueda de evasión. Saturday Night Live se reinventó al final de la temporada 45ª con una versión At Home (en casa) con sketches grabados con sus protagonistas confinados. La temporada 46ª comenzó en octubre con el equipo de regreso al plató de Nueva York.
Otro de los factores que explican el éxito del programa es el clima político. La llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense en 2016 catapultó su popularidad. Las imitaciones del entonces nuevo mandatario, a cargo del actor Alec Baldwin, llevaron al espacio a lograr su mejor audiencia en 22 años, por encima de los 10 millones de espectadores en algunas entregas. Incluso Trump lo criticó en Twitter: “NBC es mala, pero Saturday Night Live es lo peor de NBC. No es gracioso, los actores son horribles, siempre un trabajo mal hecho. Una televisión horrible”, dijo cinco días antes de tomar posesión del cargo.
Con unas nuevas elecciones en curso, la 46ª temporada empezó impulsando la sátira política. Alec Baldwin se mantuvo como Trump mientras Jim Carrey se metía en la piel de su rival Joe Biden. Maya Rudolph se sumó al grupo poco después para encarnar a Kamala Harris y aprovechar el parecido físico entre las dos. Después de que Biden haya asumido su cargo como presidente de Estados Unidos, Saturday Night Live se enfrenta ahora a un futuro sin el impulso que le regaló el anterior morador de la Casa Blanca.
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