Ha mejorado el Fulham, y mucho, respecto al equipo que era en el primer y el segundo mes de la presente edición de la Premier League, pero no por ello consigue imponerse en partidos que, por méritos realizados, debería ganar. El que disputó este sábado es un claro ejemplo, porque los de Scott Parker hicieron todo lo que tenían que hacer para superar al West Brom salvo lo de marcar un gol más que el rival, que al final es lo que marca la diferencia en esto del fútbol. Se adelantó en el marcador el Fulham, se vio remontado a posteriori, y al final salvó un punto que sabe a poco (2-2). Uno por el otro, la casa sin barrer y tanto West Brom como Fulham continúan hundidos (y parece que con difícil remedio) en la zona de descenso.
El primer tanto del encuentro llegó en el 10’, cuando el incombustible Bobby Reid, asistido por Mitrovic, firmó el 0-1 para momentáneamente hacer justicia con un Fulham que había entrado en el partido ostensiblemente mejor que el West Brom.
Con ese tanteo en el marcador se llegó al luminoso, incluso reinando en el ambiente la sensación de que estaba más cerca el 0-2 que el 1-1, pero tras la reanudación los caprichos del fútbol hicieron que el West Brom voltease el marcador. Empató en el 47’ Kyle Bartley, casi sin avisar, y en el 66’ consiguió el 2-1 Matheus Pereira, uno de los pocos de este equipo que no se limitan a quitarse el balón de encima.
Se le hizo raro al West Brom verse con ventaja en el marcador y volvió a ceder la iniciativa al Fulham, que en el 76’, por mediación del irreverente Cavaleiro, logró el 2-2 con el que salvó un punto de su visita a The Hawthorns.
Al final, el incorrectamente denominado como reparto de puntos y tanto West Brom como Fulham continúan una semana más en posiciones que les condenan a jugar la Championship la temporada que viene. Si no cambia la cosa mucho próximamente, así será.
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