”Cuando me crucé con Iribar le dije lo siento”. Así describe José Ramón Esnaola (Andoain, Gipuzkoa, 74 años) el pasaje mítico de la final de la Copa de 1977, ganada por el Betis al Athletic en los penaltis (7-8) después de un 2-2 en el tiempo reglamentado tras la prórroga y el lanzamiento de hasta 20 penas máximas. Esnaola, portero bético, le dio la mano a su colega Iribar después de batirle en el penalti número 15 de la tanda. En el 20, Esnaola le detuvo el disparo al propio Iribar para darle al Betis la Copa.
La afición verdiblanca guarda en la memoria aquella final que supuso el segundo título de la entidad después de la Liga de 1935. Betis y Athletic vuelven a verse las caras en la Copa (21.00, DZAN), ahora en los cuartos, y la influencia de esa final sigue latiendo en la afición andaluza.
Pocas citas resumen de manera más llamativa los enfrentamientos entre el Betis y el Athletic. La primera Copa del Rey tras el franquismo la ganaron, entre otros, dos vascos. El portero Esnaola y el entrenador bético, Rafael Iriondo, jugador del Athletic entre 1940 y 1953, con 326 partidos y 117 goles para el conjunto vasco, donde formó una delantera de leyenda junto a Venancio, Zarra, Panizo y Gainza. Iriondo ganó cinco títulos con el Athletic.
En ese Betis que derrotó a un gran Athletic capitaneado por Iribar sobresalía la figura de un jugador cántabro cuya trayectoria está grabada en la historia de la entidad. Se trata de Javier López, que marcó los dos goles de la final y también un lanzamiento en la tanda. “Teníamos una confianza brutal en Esnaola. Era muy tranquilo. Fue una final mítica, que tengo grabada en mi mente a pesar del paso del tiempo. El Athletic era un equipazo e imponía ver a Iribar en la portería”, recuerda López ahora. “Tuve la suerte de hacer los dos goles del Betis y contribuir a ese título que nos llevamos en unas circunstancias muy especiales. El 70% del Vicente Calderón era de gente del Athletic y recuerdo que llegamos a la final un poco como víctimas. Pero nos sobrepusimos”, revive.
Reuniones de veteranos
A Javier López le contemplan 328 partidos como jugador del Betis (entre Primera y Segunda), el quinto de su historia con más choques jugados solo por detrás de Joaquín Sánchez, Esnaola, Gordillo y Cardeñosa. “Todos pensamos que íbamos a perder cuando falló Cardeñosa, nuestro especialista, el cuarto. Pero Esnaola le paró el penalti a Dani, que nunca fallaba”, recuerda el centrocampista nacido en Laredo y formado en la Gimnástica de Torrelavega. Los campeones la Copa de 1977 residentes en Sevilla se reunían todos los últimos viernes de cada mes antes de la irrupción de la pandemia. Algunos, como Benítez y Alabanda, ya han fallecido, pero la unión de ese grupo sigue muy vigente.
“Todavía me acuerdo lo que le dije a Esnaola cuando marqué el penalti y vi que Iribar iba a tirar: ‘Este tiene los pies muy grandes y lo va a fallar”, añade Francisco Bizcocho. En contra lo que muchos aficionados piensan, no fue Esnaola el autor del último penalti del Betis, sino el defensa Bizcocho. “He ganado unas cuantas apuestas con este tema”, aclara el protagonista. “Muchas veces se me viene a la mente mi carrera al lanzar el penalti y ver a Iribar con esas manos y esos brazos que me parecían gigantes. Tiré el penalti 19. Yo no quería lanzar e Iriondo me dijo que me tocaba porque no había nadie más. Benítez le dijo al míster que después de su error en el partido en el gol de Dani si fallaba el penalti lo mataban. Y me tocó a mí”, recuerda.
La pasión histórica del Betis por la Copa está íntimamente ligada a los enfrentamientos con el Athletic. Contra el conjunto vasco perdió la primera final de la Copa de su historia en 1931 (3-1). Tras el título de 1977, el Betis conseguiría la Copa en 2005 después de eliminar al Athletic en los penaltis. Los vascos lucen con orgullo 24 títulos de Copa y acaban de ganar la Supercopa de España. Fue en el estadio de La Cartuja, en Sevilla, donde jugarán una final de Copa el día 3 de abril y tienen la posibilidad de jugar otra el 17 de ese mismo mes y en el mismo escenario.
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