La confianza del inversor español mejora

Paneles de Bolsa en Shangái (China).
Paneles de Bolsa en Shangái (China).ALY SONG / REUTERS

El mercado está hipersensible. Su volatilidad no responde tanto a datos económicos, sino médicos. La pandemia ha trastocado cualquier análisis fundamental. Los beneficios empresariales, el ratio PER o los niveles de endeudamiento han pasado a un segundo plano, cediendo todo el protagonismo a nuevos referentes como la curva de contagios, el índice de incidencia o los test serológicos.

Tras el verano, la confianza de los inversores españoles, que mide trimestralmente JP Morgan Asset Management y publica en exclusiva EL PAÍS, se desplomó. La segunda ola alejaba el final de la pesadilla que ha supuesto la covid-19 y eso suponía retrasar la recuperación económica. En cambio, en el cuarto trimestre, este indicador rebotó con fuerza, volviendo a terreno positivo por primera vez desde el primer trimestre de 2019 gracias sobre todo al inicio de la campaña de vacunación contra la covid-19. En concreto, se situó en 0,55 puntos. El índice de la gestora de fondos estadounidense se configura con las respuestas que dan los entrevistados (1.361 en esta oleada) a la pregunta sobre qué harán las Bolsas en el próximo semestre. El 39,1% cree es que “probable o muy probable” que asistamos a subidas en los mercados, el 25% opina que se mantendrán en los niveles actuales, y el 36% augura caídas en la renta variable en este plazo. El principal motivo que dan los ahorradores más optimistas es que “la crisis del coronavirus se estabilizará”.

Bolsas asiáticas

La encuesta también pregunta por cuáles son, a juicio de los inversores españoles, las Bolsas con mayor potencial de revalorización. Como en trimestres anteriores, las acciones europeas siguen a la cabeza entre las preferencias de los ahorradores, pero cada vez son más los que eligen a la renta variable asiática como la zona geográfica donde hay mayores oportunidades. China fue el epicentro del virus, pero el gigante asiático se ha recuperado antes que el resto de países y su economía fue, entre las grandes, la única que creció en 2020. También es significativo el acelerón que muestra entre las preferencias de los ciudadanos la Bolsa estadounidense, una mejora en la percepción de Wall Street que coincide con la derrota electoral de Donald Trump y el acceso de Joe Biden a la presidencia de la principal potencia económica del mundo.

La encuesta de JPMorgan se realizó cuando se conocieron las primeras noticias sobre la llegada de las vacunas y no recoge por tanto el retraso en el proceso de inmunización que hubo en enero por los problemas de distribución de las dosis. El hecho de que los inversores perciban que la ciencia despeja también el horizonte económico les hace sentir una menor aversión al riesgo. Cuando se les pregunta cuál es el objetivo prioritario que buscan, el grupo de los más conservadores —aquellos cuya aspiración es “no perder dinero— pierde peso pasando a ser el 40,5% del total frente al 46,2% del tercer trimestre de 2020. Los más ambiciosos —aseguran que su meta principal al invertir es lograr la “máxima rentabilidad”— crecen desde el 23,5% hasta representar el 28,8% de la muestra.

Esta menor aversión al riesgo se traslada en cierta medida a la selección de productos de inversión para el próximo semestre. Los depósitos bancarios y las cuentas remuneradas, a pesar de que los tipos de interés están en mínimos históricos, siguen siendo la opción preferencia, aunque el número de ahorradores que dice que optarán por uno de ellos a corto plazo desciende sobre la oleada anterior, pasando del 39,9% al 36,4%. En cambio, crece el número de personas que asegura que invertirá en productos con mayor riesgo pero también más rentabilidad potencial como los fondos de inversión, los planes de pensiones o la compra directa de acciones. Cae en cambio el número de inversores potenciales en vivienda.


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