LeBron James completó anoche otro partidazo con victoria y triple-doble tras una prórroga en el Lakers-Thunder que le permitió superar un par de récords de longevidad en posesión de Jason Kidd y Kobe Bryant. Después del partido, precisamente, esa longevidad fue uno de los temas encima de la mesa después del éxito en la Superbowl de Tom Brady, que a los 43 años levantó su séptimo trofeo Vince Lombardi.
“Le he estado observando durante mucho tiempo ya, y verle ahí fuera y hacer lo que ha hecho en su carrera, ganar otro título de la manera en que lo consiguió, es genial”, valoró LeBron sobre el título de los Tampa Bay Bucaneers. “Para un tipo como yo es muy inspirador, pero son dos deportes distintos y dos posiciones distintas”.
A sus 36 años, LeBron acaba de firmar una extensión de contrato por un total de dos años y 85 millones de dólares con Los Angeles Lakers. Eso le compromete con la competición hasta, como mínimo, los 38 años, los que tendría al completar el curso 2022-2023. Para él, el ejemplo de Brady no es aplicable a su caso, que ve distinto.
“No sé cuanto tiempo voy a jugar a baloncesto. No sé cuánto más le puedo dar al juego. Ahora siento que se trata de ver qué ocurre. No tengo ningún calendario sobre ello. No he pensado en los treinta y pico o los cuarenta y pocos… El baloncesto me hará saber cuando es la hora y entonces veremos”.
El jugador incluso habló de su vigésima temporada, que coincidirá con su agencia libre y con la posible llegada de su hijo mayor a la liga. “Es el mismo año que mi hijo se graduará en el instituto. Así que tengo opciones para pensar qué es lo que quiero: estar cerca de mi familia, de mi hijo o seguir jugando al juego que tanto amo. Veremos”.
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