Ángel Correa ya no es titular habitual, quizá perjudicado por el cambio de sistema que le deja sin ese sitio en la banda derecha que había sido suyo las dos últimas temporadas, pero insiste en cada oportunidad, vinculado a ese fútbol agitado, atrevido e impredecible que tanto rédito da al Atlético de Madrid, que se rehizo en Granada frente a las bajas, la presión y las dudas.
Tuvo fortuna en su remate -aparentemente un pase- que terminó en gol por el golpeo en Jesús Vallejo, cuando el encuentro predecía una igualada que alimentaba el debate en torno al líder inamovible de la tabla desde hace diez jornadas y que recuperará este miércoles uno de los encuentros que tiene aplazados -ante el Levante- con la ocasión de reforzar su ventaja sobre el Real Madrid y el Barcelona.
En el minuto 74, el ‘10’ rojiblanco revolvió el orden rival dentro
del área y encontró un gol que es mucho más que eso para el Atlético. En el momento que había vuelto a tropezar -el lunes ante el Celta-, tras ocho triunfos consecutivos, o que sus rivales más directos parecían más afinados en su persecución, aún con una renta relevante a su favor, rebaja la tensión en el liderato.
“Un poco de suerte en el gol, que dio en el defensa y pudo entrar en el segundo palo”, admitió el atacante a ‘Movistar’ al término del exigente duelo que afrontó y compitió en el estadio Nuevo Los Cármenes, en el que apareció decisivo, como tantas otras veces, con esa insistencia que no admite darse por vencido nunca.
“Sabíamos que teníamos que tener tranquilidad en los últimos metros, que estábamos creando ocasiones y en algún momento el gol iba a llegar”, continuó el futbolista argentino, que anotó su cuarto tanto de esta temporada en LaLiga Santander, el tercero en las últimas seis jornadas, para remarcar su aportación al equipo, más visible en asistencias -seis- que en goles en 20 citas del torneo.
Las ha jugado todas Correa, catorce de ellas de inicio, las dos últimas en la alineación inicial quizá porque está de baja Joao Félix, una de las siete ausencias con las que el Atlético se enfrentó y ganó al Granada para darle más dimensión al triunfo.
Aparte del atacante portugués, por la Covid-19, tampoco estaban disponibles Moussa Dembélé, Thomas Lemar y Héctor Herrera, por el mismo motivo; Kieran Trippier, por sanción; y José María Giménez, por lesión, a los que se añadió a última hora Víctor Machín, ‘Vitolo’, por gastroenteritis aguda, para dejar la convocatoria en 17 jugadores disponibles: 15 del primer equipo y dos canteranos, el central Álvaro García y el delantero Sergio Camello.
Lo superó el Atlético con tres puntos que promovió, de nuevo, Marcos Llorente, que se inventó un gol aparentemente de la nada en el minuto 63, el 0-1, con un certero zurdazo junto al poste que ya se ha visto más veces en el inagotable, por físico y por recursos, polivalente futbolista madrileño, este sábado carrilero derecho primero, centrocampista después –Kondogbia fue cambiado al intermedio por Simeone– y goleador clave para su equipo.
“Hacia goles en todos los entrenamientos, incluso cuando no iba convocado, y yo decía que tenía que jugar más adelante. Interior es la zona en que se siente más a gusto”, valoró el técnico argentino en la rueda de prensa posterior al encuentro sobre Marcos Llorente.
Entre él y Correa subsanaron un hecho extraordinario en las últimas semanas: un partido de Liga del Atlético sin ningún gol de Luis Suárez. Goleador en once de las últimas diez citas, sólo había ocurrido dos veces en ese tramo de la competición. Una en San Sebastián (0-2), cuando marcaron Marcos Llorente y Mario Hermoso, y otra ante el Sevilla (2-0), con goles de Saúl Ñíguez… y Correa.
“Tenemos que pensar en nosotros, en mejorar. Otra vez nos volvieron a marcar (son siete goles en contra en las últimas cinco jornadas y once en las últimas once citas del campeonato). Son jugadas y cosas que tenemos que ir mejorando para lo que queda de temporada”, advirtió Correa, cuyo equipo respondió a la presión.
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