Asier
Illarramendi (Mutriku, 1990) será el capitán de la Real en la eliminatoria de Europa League ante el Manchester United y, salvo contratiempo inesperado, en la final de Copa del 3 de abril contra el Athletic. Algo lógico si tenemos en cuenta que lleva una década en la Real pero un pequeño milagro atendiendo a que acaba de reaparecer tras dos años lesionado. Pleno de energía, alegría y ambición, el mutrikuarra disfruta de cada día en esta segunda oportunidad que le ha ofrecido el destino y apuesta a lo grande en el tramo final de la temporada: quiere ganar la Copa y hacer algo grande en Europa.
Lo primero, ¿cómo está el tobillo? ¿Se asustó más de la cuenta?
Sabemos que en un partido de fútbol pueden pasar estas cosas. Pienso que no fue a hacer daño, pero, aunque tocó un poco el balón, me agarró bien el pie. Fue con los tacos por delante, me los clavó y me hizo mucho daño en el momento. Me duele un poco todavía, pero se pondrá bien con el tratamiento.
¿Como para perderse el partido de mañana no, verdad?
No. En el fondo no es mala señal. Llevaba tiempo sin recibir un golpe así, me servirá para espabilar (ríe).
¿Siente más miedo ahora cuando salta al campo?
No, qué va. No tengo miedo. Me lesioné en dos acciones raras, sin que hubiera una entrada de por medio. En cualquier momento te puedes lesionar pero con miedo no se puede jugar.
Ha jugado cinco partidos seguidos de titular a un buen nivel. ¿Qué sensaciones ha tenido?
Tenía dudas de cómo podría rendir, aunque una vez que no me duele el aductor, sé de lo que soy capaz. Me siento bien, aunque físicamente aún me falta. He pasado tiempo sin ritmo de partido, pero es algo que cogeré con los partidos, así como más confianza.
Antes de reaparecer en Córdoba, ¿qué se le pasó por la cabeza?
Disfrutar. He tenido muchos momentos de sufrimiento en este último año y medio y sólo pensaba que estaba en la recta final para salir de ese agujero negro. No hay nada mejor que volver a disfrutar con los compañeros.
¿Se siente más querido tras pasar por un trance así?
Cuando pasas una situación como ésta, valoras más todo. Antes, todo era la rutina diaria y no te paras a pensar. Ahora valoro el día a día, el cariño que me ha dado la gente, cada entrenamiento, cada viaje… Se valora de otra forma. El entrenador y los compañeros siempre han estado a mi lado porque es cierto que las lesiones forman parte del fútbol pero esto ha sido demasiado tiempo.
¿Ha habido momentos en los que lo haya visto todo muy negro?
Lo peor ha sido ver que el aductor no mejoraba. Cuando estás lesionado, siempre te pones una fecha para volver, para recuperarte, y ver que llegaba esa fecha y el aductor me seguía doliendo, que no estaba en el campo, ha sido lo peor.
¿La clave ha sido operarse?
Sí. Podía correr, podía hacer deporte, pero no podía golpear el balón. Ahora golpeo sin miedo y sin dolor.
¿Pensó en rendirse?
No, rendirme no. Siempre he pensado que volvería, pero ha habido muchos momentos duros porque trabajaba pero los dolores continuaban.
El equipo era uno cuando se lesionó en febrero de 2019 y ahora es otro. La evolución ha sido tremenda de la mano de Imanol. ¿Cómo se sube usted en marcha a ese tren?
No ha sido fácil. El equipo ha cogido mucho nivel. La gente que ha subido de la cantera lo ha hecho con muchas ganas y mucho nivel y, junto a los jugadores que ya había, el equipo ha cogido un nivel tremendo. El líder de este equipo es Imanol. Él le ha cambiado la cara a la Real, su forma de jugar, su todo. Por eso me ha costado entrar. Sabemos lo buen entrenador que es Imanol pero también que físicamente pide mucho al jugador. Después de tanto tiempo fuera, cuesta un poco. Pero ya he jugado unos minutos y ya quiero ser parte importante del equipo.
¿Le perdona ahora Imanol más que al resto?
El entrenador exige a todos lo mismo, más allá del nombre que lleves en la camiseta. Nos dice que sabe que somos muy buenos con el balón pero también exige que trabajemos sin él. Y al final se ve en los resultados. Se vieron la pasada temporada y en la actual vamos por el buen camino.
¿No es curioso que, tras los roces que hubo con Asier Garitano después de la salida de Eusebio, la solución estuviera en casa?
Imanol ha dotado al equipo de una identidad y la afición está muy orgullosa de lo que ofrece la Real. Eso para entrenadores y jugadores es un gran premio. No es fácil darle una identidad a un equipo cogiéndolo sobre la marcha, tras destituir a un entrenador, pero Imanol ha conseguido lo que buscaba con su trabajo. El equipo sabe lo que quiere en el campo y, tener las ideas tan claras, se agradece.
¿Se ha dado un paso al frente en términos de ambición, la Real es ahora más ambiciosa?
Sin duda. Las cosas han cambiado mucho desde que yo llegué al primer equipo a ahora. La Real es un ‘grande’ de la Liga, nos sentimos capaces de hacer cosas grandes y eso es lo más importante: sentir que eres capaz, creer en ti mismo. Y eso nos lo han inculcado tanto Imanol como el presidente. En todas las charlas nos hablan de ponernos objetivos altos y pelear por ellos porque de esa manera algún día llegarán las alegrías.
¿Es comparable ese punto de ambición con la que usted experimentó en el Real Madrid?
En el Madrid más que objetivos son obligaciones. Allí hay que pelear por todos los títulos. Nosotros por títulos no, pero sí pelear por nuestras metas. Sabemos qué títulos podemos ganar y en la Liga pelear por estar arriba.
La gran oportunidad de ganar un título es la final de Copa del 3 de abril. ¿Cómo lo está viviendo?
No estamos pensando en eso todavía, faltan casi dos meses. Es uno de los partidos más importantes de la temporada pero en el camino hay otros objetivos. Es un partido que tanto a la afición como a nosotros nos hace mucha ilusión. Ganar un título con la Real sería algo grande.
Pocos pueden decir que han ganado un título con la Real. Y menos que hayan levantado un trofeo, sólo Arconada. El siguiente puede ser Illarramendi. Puestos a soñar… ¿Se lo ha imaginado?
Claro. Para que algo bueno se cumpla primero hay que soñarlo. La Real ha logrado pocos títulos en su historia y la gente, al igual que nosotros, tiene mucha ilusión en poder lograr éste.
¿Cambiaría quedarse fuera de Europa por ganar la Copa?
No. Queremos ganar la Copa y hacer cosas bonitas en Europa. Tenemos ahora un gran rival enfrente, complicado, pero somos capaces de eliminar al Manchester y seguir adelante en Europa.
En 2013 no jugó ante el Manchester en la Champions ya que había fichado por el Madrid. ¿Cómo lo está viviendo?
Con ganas de disfrutarlo. Aquella eliminatoria la viví como un aficionado más. A ver si ahora nos van mejor las cosas.
En 2013, con grandes jugadores como Vela, Bravo o Griezmann a la Real le costó dar el nivel ante el Manchester. ¿Cree que ahora se ha dado un paso adelante en ese sentido?
Creemos en nosotros mismos y sabemos de lo que somos capaces. Vamos a salir a por ellos, a buscarles, a jugar sin miedo.
Ha jugado en la Real que fue a la Champions en 2013 y en la actual. ¿Qué equipo es mejor?
Aquella época fue muy bonita, pero nuestro fútbol ha cambiado. Entonces defendíamos bien y salíamos bien a la contra, ahora salimos a dominar los partidos, a tener el balón. Hemos logrado meternos arriba en la Liga y que los rivales nos tengan respeto. Y eso es algo grande.
Tiene todavía dos años de contrato. ¿Este parón de dos años le ha podido servir para, de alguna manera, desgastarse menos y poder alargar más su carrera?
Ojalá. Después de tanto tiempo parado he recuperado mucha ilusión. Tengo muchas ganas de jugar y, mientras el cuerpo me ayude, seguiré jugando.
Empezó siendo el más joven de los Markel, Zurutuza, Prieto… y ahora está rodeado de Zubimendi, Zubeldia, Guevara, Merino… ¿Se siente un poco aitatxo?
Sin darme cuenta he pasado a ser de los más veteranos. En otros clubs es más difícil que pase pero en la Real hay mucha juventud, que es muy positivo para el equipo. Muchos además son canteranos y, toda vez que yo también pasé por ahí, es algo ilusionante.
“Espero que mi mejor momento llegue en abril”
Se acaban de cumplir 10 años del debut de Asier Illarramendi en Primera División, un 23 de enero de 2011 en El Madrigal frente al Villarreal de la mano de Martín Lasarte. Su estreno en el primer equipo fue en el último partido de la anterior temporada, en Elche en Segunda, con el ascenso logrado una semana antes frente al Celta. “Los diez años se me han pasado bastante rápido, tengo ya 30”, reflexiona Illarra al repasar su trayectoria. “Cuando empecé en la Real nunca pensé que tendría una carrera así. Empecé siendo un niño y habría firmado una carrera como ésta. De todas formas, espero tener todavía varios años buenos por delante”, asegura el capitán que, puestos a elegir su mejor momento en esta década, lo tiene claro: “Espero que ese momento llegue en el mes de abril”, asegura en alusión a la final de Copa
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