El Atlético de Madrid cambia el chip. O al menos, debería hacerlo. Porque vuelve la Champions y, durante unos días, debe aparcar LaLiga para centrarse en esta competición, que regresa semanas después con una atípica ida de los octavos de final ante el Chelsea que se disputará en Bucarest, dadas las restricciones de entrada de vuelos procedentes del Reino Unido en España.
Allí se desplazó el conjunto colchonero (con 21 jugadores) en la tarde del domingo, 24 horas después de encajar la primera derrota de la temporada en el Metropolitano, lo que ha hecho que la ventaja con los perseguidores siga decreciendo. Los colchoneros han perdido siete de los últimos 12 punto en disputa. Y las dos próximas jornadas serán ante Villarreal y Real Madrid. Pero ahora toca Champions, competición que siempre ilusiona al Atlético y por la que seguirán peleando a partir de este martes, por mucho que LaLiga se haya convertido en la gran prioridad.
Tras lograr el pase a octavos con sufrimiento, el Atlético buscará un buen resultado en el National Arena para acudir con garantías a Londres dentro de tres semanas. Para entonces, el Cholo espera haber recuperado efectivos. Porque hasta cinco jugadores se quedaron en Madrid (Trippier por sanción, Giménez, Vrsaljko y Carrasco por problemas físicos y Herrera por coronavirus).
El cambio de escenario servirá también para que el equipo madrileño trate de volver a dejar la puerta a cero tras siete encuentros consecutivos encajando en Liga. O para que Suárez marque de nuevo. O para que Joao Félix se enchufe en el torneo que más le motiva. El caso es que el Atlético, ya en Bucarest, debe cambiar el chip de LaLiga y ‘colocarse’ el de la Champions para verse las caras con el Chelsea.
El equipo se ejercitará en el National Arena, escenario del encuentro, y antes Simeone y un futbolista atenderán, de manera telemática, a los medios de comunicación.
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