En el Día Internacional de la Mujer, es necesario recordar historias de deportistas que rompieron barreras. Uno de los casos más sorprendentes es el de Anita Carmona Ruiz, ‘Nita’, la primera mujer futbolista de la que se tiene constancia en España y que hizo lo impensable por cumplir su pasión.
Ni en la mente del mejor guionista de Hollywood podría caber una historia de esta índole. ’Nita’ era una malagueña, nacida en 1908, que soñaba con jugar a fútbol. Era la menor de cuatro hermanos, hija de un estibador del puerto de Málaga y de una ama de casa, como era costumbre por entonces entre la mayoría de las mujeres.
Ni qué decir tiene que la mentalidad machista de la época no permitía que una chica se vistiera de corto y saltara al campo. ‘Nita’ se exponía a graves sanciones y condenas, incluida la cárcel, además de los insultos y amenazas de aquellos que no veían con buenos ojos que una mujer jugara a fútbol.
Ella se entrenaba a escondidas de sus padres en las grandes explanadas del muelle de la dársena malagueña, como tantos otros niños.Y empezó a participar en edad juvenil en los partidos que disputaban un grupo de jóvenes en aquella explanada junto al muelle.
Jesús Hurtado, periodista deportivo en Málaga y coleccionista de artículos deportivos, se topó con esta historia al escribir sobre el Vélez Club de Fútbol, club Decano de la provincia de Málaga. “Vi que había un futbolista al que siempre se referían como ‘Veleta’, pero por mucho que buscaba no daba con su nombre… Al final me lo contaron. ‘Veleta’ era una mujer y no podían decir nada porque hicieron un conjuro para mantener el silencio sobre este asunto durante años”, explica en su blog Velezedario.
Así, descubrió que ‘Nita’ logró recalar en el Sporting de Málaga, primero como ayudante del masajista del club, Juanito Marteache, y después como encargada de lavar la equipación. Para ello, contó con “su mejor cómplice”, su abuela Ana. Finalmente, la joven consiguió jugar algunos partidos con el equipo. Eso sí, todos los que no se jugaran en casa para no ser reconocida.
Su método era infalible: se disfrazaba de hombre. Al haber recibido clases de corte y confección, como era habitual entre las mujeres de la época, ella misma se ajustaba la equipación para que fuera holgada y disimular así su anatomía. También se cortó el pelo para tener aspecto de chico.
Algunos rivales se dieron cuenta. Y en cuanto se supo que era una mujer, “la denunciaron y la delataron”, relata Hurtado. La única solución fue huir del pueblo para no entrar en la cárcel.
Aún así, Anita Carmona Ruiz estuvo jugando al fútbol con el Vélez hasta mediados de los años 30, poco antes de que comenzara la Guerra Civil, cuando ya no pudo ingeniárselas más para pasar desapercibida.
Murió muy joven, con apenas 32 años. Pidió ser enterrada con la camiseta del Sporting de Málaga, el club de sus amores. Ella pasará a la historia por ser la primera mujer futbolista en España.
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