Carlos Sainz se enfrentaba en este 2021 a uno de sus inviernos más difíciles. Debía cambiar de equipo y aclimatarse no solo a un nuevo conjunto, también a un nuevo monoplaza y a una manera distinta de trabajar, todo ello, con menos días de test de pretemporada que en cursos anteriores, solo 3 para cada equipo, que se reducían a un día y medio para cada piloto en sus nuevas oficinas. Ese fue el tiempo que Carlos tuvo para empezar a entender el comportamiento de su nuevo SF21, con el que este fin de semana, en el GP de Bahrein, afronta su primera carrera de rojo. Para compensar la falta de rodaje por el menor tiempo de test oficiales, el asturiano realizó en enero un test con el Ferrari de 2018 en Fiorano y otro en marzo en Jerez con el Ferrari de 2019 aunque con las gomas del próximo año. Ello le sirvió para acortar el tiempo de aprendizaje y afrontar los test con muchos deberes ya hechos para centrarse únicamente en el pilotaje. A ello hay que sumarle interminables sesiones de horas y horas de simulador y reuniones con los ingenieros. Tras ello y después de completar un test de pretemporada muy bueno, con una última sesión en tandas largas con tiempos extremadamente constantes, el madrileño se siente “preparado” para un día que jamás olvidará: su primera carrera con Ferrari.
“Creo que hice un buen trabajo en invierno para estar lo más preparado posible. Trabajé mucho en el simulador, quería hacer más kilómetros, pero en general me siento preparado”, apuntó Carlos Sainz en la rueda de prensa oficial de la FIA, remarcando que el hecho de haber cambiado de equipo en tantas ocasiones desde que llegó a la F1 pudo facilitarle la adaptación a Ferrari. “Haber cambiado tantos equipos puede ayudar, pero no hay una regla precisa y un número preciso de carreras para adaptarse al coche. Depende de las sensaciones que dé el coche, de la sensación con el equipo. Es difícil decir en general cuando estaré listo para ir al límite”.
Sin embargo, pese a que en esta primera carrera aún seguirá aprendiendo cómo hacer que su coche esté a su gusto, Carlos tiene claro que nada le va a amargar el inicio de su camino con Ferrari. Quiere disfrutarlo al máximo. “Ferrari es un lugar especial, lo fue el primer día en la fábrica y en la pista de Fiorano. Es especial, a los 26 años, y quiero disfrutar este viaje. Me doy cuenta de que tengo que vivir al máximo una experiencia con la que he soñado desde que tenía 10 años“.
Su primera cita de rojo será este fin de semana en Bahrein, en el trazado de Sakhir, una pista en la que las fuertes rachas de viento cambiante pueden dificultar la labor de equipos y pilotos para encontrar los reglajes adecuados del coche. “¿El viento? A menudo es una excusa y los giros en Bahrein también se vieron afectados por esto. Difícil de explicar, pero todo cambia empezando por el equilibrio. Cometí un par de errores (en los test) y estoy feliz de haberlo hecho en los ensayos. Me sorprendió el hecho de que el tiempo por vuelta fue muy parecido entre tantos coches tan diferentes“, finalizó.
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