Si es difícil pronosticar el devenir de un partido de fútbol, mucho más lo es una final de cualquier campeonato. Si le añadimos que los equipos enfrentados son rivales históricos y el duelo es inédito, la incógnita es total. La presión, las ganas, la ilusión, la novedad y la juventud, marcan mucho y el equipo que pueda dominar las emociones de los 90 y tantos minutos puede ser el ganador final.
La final de ayer nos dejó una primera parte muy conservadora por los dos bandos. Con mucho cuidado para no cometer el más mínimo error. Mucha táctica y mucho estudiarse para intentar conseguir desequilibrar en alguna jugada hilvanada o algún descuido. Un solo tiro a puerta por parte de
Iñigo
Martínez
fue el bagaje de dos equipos que mostraron más tensión que valentía.
E l chaparrón que cayó la primera media hora de partido dejó sin ideas a todos los presentes en el verde. Poco juego y no cometer errores fue lo más destacado de los primeros 45’.
Berenguer
intentó con la ayuda de De
Marcos alguna internada por banda, pero sin premio. Por parte donostiarra, un centro lateral de
Gorosabel
peligroso que acierta a despejar
Yeray
. Poco más se pudo ver. 0-0 justo. Los dos equipos con mucho respeto y precaución.
En la reanudación, un par de jugadas polémicas en el área del Athletic. El VAR se encargó de anular un posible penalti de
Iñigo
Martínez
por mano y en la siguiente jugada le retiró la roja que podía haber dejado con diez a los rojiblancos. El penalti a
Portu
, muy claro, fue lo que en definitiva decantó la final. Gol de
Oyarzabal
que sirvió para llevarse la Copa a Donosti décadas después. Varapalo para el Athletic, quien esperaba como agua de mayo este título para brindarlo a la afición, incansable con el equipo y demostrando en todo momento el apoyo incondicional.
Dio un paso adelante la Real después del gol y agobió el juego de la medular impidiendo conectar con
Muni
ain
y con
Williams
e incluso poder sacar algún pase profundo para generar algo de peligro. Se escapaban las opciones del Athletic gracias al buen trabajo de la Real. Sin esta conexión vital, los rojiblancos por mucho que quisieron no fueron capaces.
Felicidades al Athletic por el torneo de Copa y por todo el trabajo realizado la pasada temporada para llegar hasta la final. Zorionak a la Real por la victoria y por los méritos hechos para ganar este título tan deseado después de tantos años de sequía.
Primer match ball que pierde el Athletic en esta doble oportunidad. Veremos ahora cómo se levantan de esta derrota para encarar la otra final contra el Barça. No cabe duda que será igual de emocionante, intensa y deseada como la de ayer. Felicidades al fútbol euskaldun que de momento está de enhorabuen. Los txuriurdines están de fiesta. Toca disfrutar. ¡Que aproveche!
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