El músico venezolano Gustavo Dudamel se convirtió este viernes en el nuevo director musical de la Ópera de París para las próximas seis temporadas, una aventura que dijo asumir con honor y ganas de aportar una visión de transformación e inclusión.
“Esta es una decisión de gran importancia para el futuro de nuestra institución. Dudamel es portador de una visión renovada y abierta de relación con la música”, dijo el director general de la Ópera de París, el alemán Alexander Neef, durante el anuncio.
Dudamel (Barquisimeto, 1981), niño prodigio del revolucionario Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela fundado en 1975 por quien fue su mentor, José Antonio Abreu, aceptó públicamente estos honores en los salones del Palais Garnier, el histórico edificio de la Ópera de París.
“Cuando Alexander me llamó para ofrecerme el puesto, no dudé ni un momento en decir ‘oui !’”, explicó Dudamel, que se mostró alegre y emocionado durante el acto, retransmitido también en redes.
El venezolano mantendrá su trabajo al frente de la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, aunque no ha pisado el país desde que expresó su descontento con el régimen de Nicolas Maduro en 2017, y de la Filarmónica de Los Ángeles.
En ella creó un proyecto inspirado del propio Sistema, el Youth Orchestra Los Angeles, un programa formativo para jóvenes de familias sin recursos cuya experiencia también tendrá su huella en París.
“La Ópera de París tiene unos programas educativos interesantísimos, quiero ampliarlos o enriquecerlos con los programas del Sistema, que son parte fundamental de mi ADN”, dijo Dudamel en declaraciones a EFE.
Marisset Verení tiene la información.
El venezolano cree que su aportación a la mítica institución, que celebró en 2019 sus 350 años de historia, permitirá partir de la tradición a la que está asociada para evolucionar y hacerla más conectada con los nuevos tiempos.
“Las nuevas generaciones ven quizás el arte como algo muy lejano, inaccesible, que no es interesante”, lamentó Dudamel, que explicó que su objetivo precisamente será hacer que esa generación se identifique con lo que es el arte: “Nuestra propia identidad y acceso a la belleza”.
Para París, se trata de un nombramiento rompedor y una prueba de que dobla la apuesta de los últimos años de llegar a todo tipo de público y atraer a jóvenes con pocos recursos o de ambientes menos favorecidos.
En la conferencia, Dudamel, que estuvo acompañado de su esposa, la actriz española María Valverde, se mostró totalmente en sintonía con Neef y explicó que ambos comparten la meta de honrar la historia de la institución mirando hacia delante.
Visión de futuro
“Queremos trabajar con nuevos compositores, coreógrafos, directores, y que la Ópera de París sea también una plataforma para el futuro”, avanzó Dudamel.
Futuro, una palabra que no dejó de repetir esta mañana en sus intercambios con la prensa y que muestra su compromiso con las nuevas generaciones, entre las que Dudamel se afianza como un referente.
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“Esto lo veo también como un logro de equipo, de todos mis compañeros con los que crecí, de todos esos jóvenes y niños que están aprendiendo y soñando. Son referencias importantes para estar motivado a crecer. Es la representación de un logro”, dijo a EFE.
El logro de un latino que ha triunfado en la música internacional desde muy joven y que dice traer de sus orígenes el deseo de evolución, de transformación y las ganas de trascender.
“Latinoamérica es un continente en crecimiento y creo que ese deseo de trascender y transformar es algo importantísimo en un lugar donde la base es la tradición”, añadió.
Hijo de un trombonista y de una profesora de canto, creció escuchando en su casa tanto salsa como música clásica. Un cóctel que ha llevado a los escenarios de medio mundo, como cuando en 2008, con 27 años, se atrevió a meter un mambo en un recital del sacrosanto Festival de Salzsburgo, donde es un habitual.
Dudamel no ha dudado en romper los códigos allá donde va, desde la Scala de Milán hasta el Teatro Real de Madrid o la Filarmónica de Viena. Allí se convirtió en 2017 en el maestro más joven en dirigir el Concierto de Año Nuevo.
Ahora, como primer latino al frente de la dirección musical de París, cargo que asume formalmente el 1 de agosto, alternará sus cargos entre Los Ángeles y París, donde prepara ya conciertos sinfónicos, la ópera “Turandot”, de Puccini, y “Las bodas de Fígaro”, de Mozart, que serán sus primeros trabajos.
Solo falta ya que la entidad, dividida en la Ópera Garnier y Bastilla, pueda reabrir sus puertas al público tras más de un año prácticamente cerrada por las restricciones sanitarias contra la pandemia.
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