El Sevilla pudo entrar en la Superliga, pero lo rechazó

Pese a que la bomba de la Superliga europea estalló por la mañana, no fue hasta el filo de las diez de la noche cuando el Sevilla emitió un comunicado posicionándose en contra de esta iniciativa, y es que el club andaluz, por su brutal crecimiento en el presente siglo, con diez títulos sumados y veinte finales disputadas, fue invitado por los doce como uno de los 5 clubes invitados.

Los dirigentes del Sevilla sopesaron concienzudamente su decisión, nada fácil por los ingresos que garantizan, más de 200 millones de euros anuales para un club que está peleando para formar parte de la élite europea. Muchos aficionados sevillistas afearon al club a través de las redes sociales que se hiciese esperar en la notificación de su postura.

En los mismos estatutos de creación del club, en su primer párrafo, el Sevilla se define como una institución “abierta a cualquier persona sin distinción de clase social”, por lo que la entidad no entiende una competición como la que se plantea, “en la que se participa sólo por invitación, va absolutamente en contra del espíritu del deporte en general y del fútbol tradicional en particular”, expresa en su comunicado oficial.

Esta postura, como explicó el mismo protagonista, motivó el sentimiento de orgullo del director general deportivo, Monchi, que fue muy explícito en su mensaje en las redes. “Mi club, mi puto club… Orgulloso es poco”, decía el de San Fernando.

Su presidente, José Castro, presente en el 45º Congreso Anual de la UEFA que se celebra en Suiza, mostró su apoyo personalmente a su presidente, Aleksander Ceferin, y explicó las razones por las que el Sevilla ha declinado esta jugosa oferta y ha preferido mantenerse fiel a las normas del fútbol tradicional europeo.

Con su decisión, el Sevilla quedaría como uno de los equipos punteros de Europa, junto con los alemanes.


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