El pulpo es uno de los animales que más interés despierta, y una de las principales preguntas que muchas personas se plantean sobre él es la de cuántos corazones y cerebros tiene. Lo primero a tener en cuenta es que existen distintas especies de pulpos en el mundo, con grandes diferencias entre unas y otras. Mientras que las más pequeñas pesan apenas un gramo, las más grandes pueden alcanzar los 200 kilos de peso.
Cerebros del pulpo
Hay quienes aseguran que el pulpo tiene nueve cerebros: uno central y uno en cada uno de los ocho tentáculos. Pero no es así exactamente. Podemos decir que lo que tiene es un cerebro múltiple, formado por un cerebro central conectado con un complejo sistema de ganglios situado en cada uno de los ocho tentáculos. Varias investigaciones científicas han demostrado que los brazos pueden actuar de forma independiente, aunque el cerebro central también puede controlarlos.
El cerebro de los pulpos es muy grande en proporción a su cuerpo, y contiene unas 550 millones de neuronas, de las que 350 millones se distribuyen en los ocho tentáculos. Las 250 millones de neuronas restantes se distribuyen principalmente en los lóbulos ópticos (160 millones) y en el cerebro central (42 millones).
Son animales extremadamente inteligentes, capaces de recordar lugares y almacenar información. Tienen una gran capacidad para cambiar el color de su piel y camuflarse de los depredadores, e incluso pueden imitar el nado de otras especies.
Corazones del pulpo
El pulpo tiene un total de tres corazones, cada uno de ellos con funciones propias. Uno se encarga de llevar la sangre oxigenada al cuerpo, y los otros dos se ocupan de transportar la sangre sin oxígeno a las branquias para realizar el intercambio de gases. Cabe recordar que respira a través del proceso branquial, de forma que adquiere el oxígenod el agua.
Otros datos curiosos: reproducción
La temporada de reproducción de los pulpos comienza en invierno, cuando se acercan a la costa, donde permanecen hasta la primavera. Durante la cópula, el macho utiliza uno de sus brazos para depositar el esperma en la cavidad de la hembra. Después de la maniobra, el macho muere.
Luego, la hembra deposita los huevos fertilizados en las rocas, donde cuida de ellos hasta que nacen. Una hembra puede poner hasta 180.000 huevos en dos semanas y, es tal la dedicación que pone en cuidarlos, que hasta se olvida de comer. Por lo tanto, tras el nacimiento de los pulpos, la hembra también muere.
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