Lopetegui: “He ido a ver a la Virgen del Rocío”

Julen Lopetegui, terminada su segunda temporada en el Sevilla, se encuentra perfectamente adaptado al club y a la ciudad. Conoce sus costumbres y se ha interesado por sus fiestas, aunque a causa de la pandemia no ha podido conocerlas. Ni la Feria, ni la Semana Santa, ni el Rocío… Sin embargo, el técnico guipuzcoano tiene la inquietud y ha asegurado que ha visitado iglesias en sus ratos libres y que su familia se encuentra muy a gusto.

“Conozco Sevilla, pero la he disfrutado poco sin Semana Santa ni Feria, por ejemplo, dentro del poco tiempo libre hemos ido a ver a la Virgen del Rocío y cofradías que no han podido salir. El arte que existe aquí también es difícil de equilibrar y que mi familia esté feliz es definitivo para mi profesión”, ha comentado el ex seleccionador durante una conversación amena con el entrenador del Sevilla Femenino, Cristian Toro, en un encuentro auspiciado por los medios oficiales del club.

“Cuando llegué aquí me tocó venir en una situación complicada y a la semana jugamos un Sevilla-Betis. No había vivido esa sensación de pasión, sentimiento y rivalidad y es como volver a mi tierra, con esa cultura del club de competir siempre”, decía Toro, técnico nacido en Argentina. “Todo está en los que dirigen el club, en los entrenadores, en los futbolistas… es importante que todos los que llegamos aquí sintamos eso y también lo podamos transmitir, con esa idiosincrasia y exigencia que tiene el club”, replica el de Asteasu.

Lopetegui también se interesa por el fútbol femenino y desvela que su hija fue practicante. “Por la ilusión, por la calidad y por el compromiso adquirido por los clubes, creo que es imparable y nada tiene que ver lo del año 94 con la realidad que es hoy… mi hija pequeña jugaba al fútbol magníficamente bien, de hecho, pero finalmente no se dio”.

Ambos también hablan de asados y de música. Sobre lo primero el vasco es un exento. “La curación de la carne es un arte, ya que si le das 20 días de curación no es lo mismo que si le das 45 días”, explica para recordar después: “Fíjate cómo ha cambiado el mundo del fútbol. Yo dejé de jugar en 2002 y si alguien ponía música en un vestuario era poco menos que un sacrilegio, se confundía la concentración con eso y al final la música sirve para que todo el mundo tenga su momento de retiro antes de un partido”.


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