La plantilla de la Real está prácticamente construida, pero hay una ruidosa vacante en un puesto de importancia capital: la portería. La salida de Miguel
Ángel
Moyá, al que el club decidió no renovar, obliga a Olabe a encontrar un guardameta en el mercado capaz de apretar y hacer sombra a Álex
Remiro, al que le avalan sus dos buenas campañas en Anoeta. Pero todo apunta a que no será fácil satisfacer las necesidades realistas. El principal problema es que la Real no quiere invertir dinero en esta operación y eso complica el éxito de la empresa. Uno de los cancerberos deseados por Roberto Olabe, Álvaro
Fernández, que cumple con todos los cánones de calidad y juego que piden Imanol y el director de fútbol, se sale por mucho de los parámetros marcados por el club.
Según ha podido saber MD, Olabe llamó al Huesca para interesarse por la situación del portero y su respuesta fue una cifra: los 10 millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión de contrato. Fernández, portero de 23 años nacido en Arnedo e internacional Sub-21, está como loco por venir a la Real, pero también atrapado en la jaula de su contrato. De momento, el club oscense no accede a negociar ni la Real quiere realizar desembolso alguno. El verano es largo y las posturas terminan siendo flexibles.
Sueña con venir
La Real maneja, lógicamente, otras alternativas. No obstante, el futbolista, que acaba de terminar su participación en el Europeo Sub-21 junto a Martín
Zubimendi como portero titular, confía en que el Huesca acceda a negociar y rebaje su precio a cantidades más racionales en los tiempos que corren. Tampoco se descarta que pueda haber movimientos asociados que faciliten la operación, como la cesión o el traspaso de un realista al club oscense.
Álvaro
Fernández está decidido a salir del Huesca, con el que tiene contrato hasta 2023. ‘Transfermarkt’ le tasa en cuatro millones y CIES Football Observatory, en el rango entre 7 y 10 millones. Su deseo es jugar en Primera y le encantaría hacerlo en la Real, con la que jugó varios torneos en su etapa de formación durante siete años, aunque al final no se quedó y se marchó a la cantera de Osasuna.
Mercado batido
La Real se está manejando con paciencia porque acaba de terminar la temporada y no tiene prisa. Quedan cinco semanas para el comienzo de la pretemporada y más de dos meses para que se reanude la competición. Y siempre pasan cosas. El mercado de porteros está muy estudiado desde hace más de un lustro. Remiro ha dotado al arco txuri urdin de la estabilidad que le faltó prácticamente desde que salió Bravo en 2014.
El portero que fiche debe cumplir tres requisitos básicos: tener el potencial suficiente como para hacer competencia a Remiro y no limitarse a eternizarse como suplente, un notable manejo con los pies para encajar de forma más natural en la peculiar forma de jugar del equipo de Imanol y tiene que ser a coste cero o muy barato. Estos condicionantes cierran mucho el abanico. Así las cosas, no caben en esta fórmula opciones de veteranos ilustres sopesados en otras ocasiones -se habrían quedado con Moyá– y, según pudo saber MD, tampoco contemplan contratar a un portero como Aitor Fernández, sondeado en campañas pasadas
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