Francia reducirá tropas en el Sahel tras una década de misiones sin avances claros


El presidente francés, Emmanuel Macron, reducirá sus tropas en el Sahel, donde ha estado presente desde 2013 al frente de una nutrida operación antiterrorista. El anuncio llega unas semanas después del segundo golpe de Estado en menos de un año en Malí, país central del esfuerzo bélico de París en la zona, y de la muerte en combate de un aliado clave, el presidente del Chad, Idriss Déby. Francia, antigua potencia colonial, acusa la fatiga tras casi una década de misión sin objetivos definidos ni avances claros en el que han muerto más de medio centenar de militares franceses.

“Hay un fenómeno de desgaste y un sentimiento generalizado de que perdemos el hilo del motivo por el que estamos ahí”, dijo Macron en una rueda de prensa de casi dos horas en el palacio del Elíseo. “Francia solo está en África porque lo han pedido los africanos, porque Estados soberanos se lo han pedido para no hundirse y para luchar contra el terrorismo. Pero la forma de nuestra presencia, la de una operación exterior con más de 5.000 hombres desde hace años ya no está adaptada a la realidad de los combates”, argumentó.

Macron no concretó cuándo empezará el repliegue ni en qué quedará la fuerza francesa en el Sahel, pero anunció el cierre de Barkhane, la operación francesa de 5.100 soldados y que había cargado con el peso de la misión internacional en la región. La Operación Barkhane remplazó en 2014 a la Operación Serval, que el entonces presidente, François Hollande, activó un año antes a petición del Gobierno de Malí para frenar el avance de los yihadistas hacia la capital, Bamako. Takuba, la operación de fuerzas especiales europeas, deberá asumir el peso de la operación.

Aunque el presidente francés había insinuado en los últimos años que la presencia francesa no podía ser eterna, no había especificado cuándo ni cómo ocurriría el repliegue. La decisión definitiva sobre el calendario y las modalidades del fin de Barkhane debería llegar a finales de junio, tras consultar con los socios europeos y con Estados Unidos. No se trata de acabar con la presencia francesa en el Sahel sino, según Macron, de una “transformación” de la misión, que debería europeizarse e internacionalizarse y centrarse en la lucha antiterrorista con fuerzas especiales. En paralelo, las fuerzas francesas cooperarán con los ejércitos locales.

El presidente de la República negó que el anuncio sea consecuencia inmediata del golpe de Estado en Malí, que ha enturbiado la relación bilateral, o las complicaciones en Chad, y aseguró que se trataba del resultado de una reflexión iniciada hace tiempo. Un consejero del Elíseo, que pidió anonimato, precisó que, al final de la “transformación” de Barkhane en una nueva operación, quedarían en el Sahel “unos miles” de soldados franceses. Pero la reducción será suficientemente sustancial como para que requiera hacerlo “de manera organizada”, “protegiendo a las Fuerzas Armadas” y “a un ritmo que sea seguro”.

Tras el segundo golpe de Estado en Malí, el 24 de mayo pasado, Francia decidió suspender la cooperación militar con este país, y Macron expresó en una entrevista con Le Journal du dimanche el temor a que las nuevas autoridades malienses se acercase al “islamismo radical”. En la rueda de prensa, se quejó de que los Estados de la región no hacen acto de presencia en las zonas que las fuerzas francesas han liberado de los yihadistas, con lo que su trabajo acaba siendo infructuoso.

Aunque el ejemplo de Afganistán es muy distinto, Francia afronta una situación comparable con la de EE UU después de pasar años en el país asiático sin resultados tangibles. Con este paso, Macron quiere centrarse en el antiterrorismo y renunciar a esa idea de construcción de naciones mediante la creación de administraciones modernas.

“No corresponde a Francia sustituir a los Estados de forma perpetua”, afirmó. “El terrorismo seguirá siendo endémico en la región si no hay un retorno de los servicios públicos y oportunidades para la población”.


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