Los 300 niños y jóvenes de los equipos del CB Sant Josep de Badalona han tenido un final de temporada abrupto. De la noche a la mañana, y sin mediar aviso, se han quedado sin instalación en la que desarrollar su actividad después de que funcionarios del Ayuntamiento de la ciudad se personaran a primera hora de la mañana de este martes para precintar el edificio en el que juegan y se entrenan. Es el último episodio de un conflicto que lleva años sin resolverse, agravado desde 2019 por una operación especulativa inmobiliaria del Arzobispado de Barcelona, propietario del inmueble.
El cierre de la instalación deja a los deportistas sin actividad y siembra serias dudas sobre el futuro de la entidad en un momento clave de la temporada en la que se definen planes de futuro y se configuran equipos de la próxima campaña. El precinto del edificio llega motivado por un expediente sancionador (33990Q/2019) abierto por falta de licencia de actividad, una situación enquistada en la historia de la entidad pero que no había generado conflictos hasta que la denuncia por ruidos realizada por un vecino abrió este proceso.
El expediente por falta de esta licencia se abrió en enero de 2020 por parte del ayuntamiento pero en abril de este año se aprobó esta licencia supeditada a la ejecución de unas obras contempladas en un proyecto técnico presentado a tal efecto. Estas obras no se han llevado a cabo a la espera de que el arzobispado respondiera a una propuesta de alquiler de larga duración, realizado por el club, lo que permitía planificar la financiación. Los propietarios no han dado respuesta a este plan y todo se ha vuelto a estancar.
Según explica Ibon
Orrantia, presidente del CB Sant Josep, “desde 2019 estamos en comunicación con todos los grupos municipales, con el actual regidor de deportes Juan Fernandez y con el alcalde Xavier García Albiol y en la última reunión mantenida hace unas semanas, el alcalde nos dijo que estaba en contacto con los propietarios y que nos presentaría una propuesta de continuidad en las instalaciones”.
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García Albiol se pronunció hace dos años, cuando todavía no era alcalde y estalló el conflicto, con una rueda de prensa realizada delante mismo del edificio y realizando una propuesta concreta. “Estoy hablando de la compra de la instalación con lo que lograríamos que, por medio de una serie de obras, suprimir parte de la grada y donde hoy hay una pista de basket tendríamos tres. De esta forma, el Sant Josep podría seguir usando su instalación y otras entidades podrían usar estas instalaciones y solucionar uno de los problemas endémicos de la ciudad en el ámbito deportivo”.
Según Orrantia, las conversaciones con el consistorio se mantienen para encontrar una solución. El Ayuntamiento, mientras tanto, ha emitido un comunicado este martes justificando la actuación de hoy por existir la denuncia de un vecino y asegurando que el club tiene concedido el permiso para realizar las obras de acondicionamiento desde hace dos meses y que estas no se han realizado.
Mientras tanto, el arzobispado, que ha sido responsable de la ausencia de licencia de actividad en un equipamiento destinado específicamente a uso deportivo, no ha dado su versión pero su interés es claro desde que se supo que prioriza la venta del inmueble para un proyecto de residencia para la tercera edad. Este plan especulativo es el que subyace tras la parálisis que afecta al club, principal inquilino de las instalaciones y uno de los motores de la actividad deportiva de Badalona.
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