Paula Badosa: “Ahora soy una tenista de verdad”

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Atrás queda aquella Paula Badosa (Nueva York, 23 años) con un montón de pájaros en la cabeza, esa júnior despistada y confundida. La promesa. Después de un profundo viaje interior y de tomar decisiones valientes, la española se dirige por fin hacia donde apuntaba, con hechuras ya de tenista profesional, renovada y concienciada: para llegar arriba no basta con ser buena. “Hay que picar piedra día a día”, dice. Es el año de su despegue. Está entre las cincuenta mejores, ha ganado su primer título (Belgrado), le venció a la número uno en Charsleston y empieza a dejarse ver en las rondas finales de los torneos. En Wimbledon, de momento, pisa la segunda ronda tras batir ayer a Aliona Bolsova por 6-2, 5-7 y 6-2.

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Pregunta. ¿Tenía que demostrarse algo a sí misma?

Respuesta. Sinceramente, sí. Desde joven había destacado y me decían que era una promesa, pero me había quedado en eso, una promesa. Quería demostrarme que no era así, que además de ser buena como júnior podía llegar a ser una buena profesional. Lo tienes ahí en la cabeza y necesitaba saldar esa deuda conmigo misma.

P. Su entrenador, Javi Martí, dice que cuando empezaron se encontró una tenista de extremos. ¿Está acercándose al equilibrio?

R. Sí, ese ha sido siempre mi caballo de batalla, porque siempre he sido un poco extremista e impulsiva; cuando ganaba era la mejor del mundo y cuando perdía era la peor. Siempre he tenido ese carácter y Javi está consiguiendo que sea más equilibrada. Él me ha hecho ver las cosas de otra manera y eso me está permitiendo disfrutar más del recorrido. Ahora, cuando pierdo no estoy dos o tres días muy mal, sino que me levanto con las mismas ganas de seguir creciendo y eso está ayudándome a dar un paso más.

P. Habla de disfrutar del proceso. ¿La clave está ahí?

R. He sufrido mucho con las expectativas y las presiones. He sido muy dura conmigo misma. Necesitaba aprender a disfrutar, porque antes solo veía la cima, la cima y la cima, llegar a ese objetivo, y para llegar ahí es necesario hacer bien el camino. Esa ha sido mi gran mejora, aparte del trabajo duro que estoy haciendo a diario.

Tenía una deuda conmigo misma. Solo veía la cima, necesitaba saber disfrutar

P. ¿Está cómoda en esta nueva posición?

R. Es una etapa diferente. Antes era una promesa [ganó el Roland Garros júnior en 2015], pero no había demostrado nada, y lo que estoy haciendo ahora sí es una realidad y estoy más satisfecha conmigo misma. Tener grandes expectativas cuando aún no lo has demostrado no es bueno; te conduce a pensar que no lo mereces tanto. Ahora tengo una presión y voy a tener que aprender a gestionarla, pero el haber vivido lo que he vivido antes me va ayudar a ser más fuerte para afrontar lo que viene.

P. Cuando se mira al espejo, ¿ve ya una verdadera profesional?

R. Sí, pero no es por los resultados. Obviamente eso te ayuda y te motiva más, pero antes de empezar a conseguirlos ya estaba trabajando bien, haciendo un verdadero cambio: de ser una tenista que simplemente le pegaba bien a la pelota a ser una tenista de verdad. Ahora lo soy. Sabía que tarde o temprano llegarían los buenos momentos porque ya estaba comportándome como una profesional en todos los aspectos.

P. Para lo bueno y lo malo, los partidos dependen mucho de su raqueta, ¿lo siente así?

R. Ese es mi objetivo. Javi [Martí] siempre ha creído mucho en mí y me dice que por mi estilo de juego debo enfocarme mucho en mí misma; lógicamente, cuando hay una rival fuerte al otro lado hay que pensar en una táctica, pero sobre todo debo estar centrada en mis golpes y en ser agresiva, hacer que las cosas dependan de mí. Al principio, cuando él me decía eso yo le miraba raro, pero he ido mejorando y he conseguido que bastantes partidos dependan de mí, y ese es nuestro objetivo.

En el tenis debes crecer muy rápido y muchas veces tu cabeza no está preparada

P. ¿Es de darle muchas vueltas a las cosas?

R. En ese sentido, todavía debo aprender porque soy muy perfeccionista y me gusta que todo salga siempre muy bien. He mejorado mucho, y en cuanto pasan veinticuatro horas trato de estar centrada ya en lo siguiente y no en lo que ha pasado.

P. Ha dado un gran giro, después de un periodo complicado. ¿Se veía en esta nueva posición, como una jugadora respetada?

R. Mi carrera ha ido a épocas. Ha habido momentos en los que creía más en mí y otros en los que perdí mucho le fe. Sabía que iba a ser un proceso largo y duro, pero he tenido una buena recompensa.

P. Ha repetido que no tenía un buen entorno, ¿qué ocurría?

R. Este es un mundo complicado. Cuando estás en un deporte como este, individual, es importante que el tenista esté bien, pero también es fundamental rodearte de gente buena y que busque lo mejor por ti. Es importante que te apoyen en los momentos malos, porque en el tenis al final hay momentos malos casi todas las semanas, porque generalmente pierdes. Tener un buen entorno no es nada fácil, pero por fin puedo decir que lo he encontrado.

Badosa sirve durante el partido contra Bolsova.
Badosa sirve durante el partido contra Bolsova.AFP7 vía Europa Press / Europa Press

P. ¿Cómo nace lo de Martí?

R. Siempre le había admirado mucho por su carrera. No habíamos coincido todo lo que hubiera querido por edad, pero sabía quién era y sobre todo cómo era. Siempre le había admirado mucho y quería probar con él. Sugerí la opción y conectamos muy rápido. Tenemos una forma parecida de pensar y eso ayudó a que todo fluyera.

P. En una entrevista previa con este periódico contó que sufrió una depresión. ¿Considera que a los jóvenes que brillan se les prepara poco para lo que les viene encima?

R. No sé si se nos prepara más o menos, pero lo que está claro es que en el tenis tienes que madurar con 18 ó 19 años lo que otras personas que trabajan en una gran empresa o en otras cosas deben hacerlo con 35. Debes crecer muy rápido y en muchos casos tu cabeza no está preparada para gestionar todo esto, el hecho de jugar ante 15.000 personas y que muchas esperen cosas buenas de ti semana tras semana. Asumimos desde muy jóvenes algunas cosas que en otras circunstancias se hace cuando eres mayor. En el deporte de élite todo viene muy rápido y pueden aparecer la ansiedad o las depresiones; al final, estás poniendo tu cabeza a prueba constantemente.

P. ¿Sigue teniendo miedo a fallar, a defraudar?

R. Nunca dejas de tener ese miedo, una pequeña parte siempre está ahí y te preguntas: ¿Y si no cumplo con lo que se espera de mí? Eso siempre está ahí, y por eso es tan importante tener un buen equipo y estar enfocada en el día a día. El tenis es muy mental y cuando juegas estás sola, así que la cabeza suele jugarte malas pasadas.

No es bueno reprimir las emociones ni pasarlo mal, los deportistas no somos robots

P. ¿Qué opina del silencio de Osaka en París y su explicación posterior?

R. Lo poco que sé es que está pasándolo mal. Yo he pasado por cosas parecidas, aunque obviamente a otro nivel porque ella ha ganado grandes títulos y arrastra mucho más, pero la puedo entender perfectamente. A mí me gusta que la gente que está sufriendo lo cuenta y se le dé normalidad.

P. ¿Y está normalizándose?

R. Ahora se habla más sobre esto, y eso siempre es positivo. Reprimir emociones tan duras hace que lo pases muy mal y no es bueno. Deben entender que los deportistas no somos robots.

P. ¿Dónde se ve a medio o largo plazo?

R. Siempre he pecado mucho de proyectarme demasiado lejos, de mirar mucho hacia adelante y poco hacia el momento, y ahora quiero hacerlo exactamente al revés. El objetivo es el día a día.

P. Ha tenido un par de experiencias en Wimbledon: se quedó en la previa en 2018 y cayó en la una primera ronda un año después. ¿Qué espera de este Wimbledon?

R. No he jugado mucho en hierba, pero las veces que lo he hecho me ha gustado porque es diferente, y a mí me suele gustar lo diferente. Vengo con ganas y una buena trayectoria este año, así que ojalá pueda disfrutar y que las cosas salgan lo mejor posible porque Wimbledon es un torneo especial.

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