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Las mujeres sufren violencia de género por el hecho de serlo, al menos, una de cada tres. Millones son violadas, asesinadas, mutiladas. La mayoría cobran menos que sus pares varones por un mismo trabajo, dedican más horas a labores de cuidado no remuneradas. Ellas son minoría en posiciones de poder económico y político. Las que llegan a la cima, son atacadas más virulentamente que los hombres: por su ropa, si son o no madres, sus relaciones. Casi la mitad de la población femenina del mundo, no tiene autonomía para decidir sobre su salud, el uso de anticonceptivos o cuándo y cómo mantener relaciones sexuales. La lista de discriminaciones es inmensa, no acaba aquí. Se conoce desde hace décadas y quedó descrita con claridad hace 26 años en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de Pekín. Se hizo un plan. Poco se ha avanzado. Con la covid-19 incluso se ha retrocedido. Pero ya superadas las fases de diagnóstico y búsqueda de soluciones, la cuestión ahora es qué se compromete a hacer cada uno para alcanzar la igualdad.
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En el Foro Generación Igualdad, organizado por ONU Mujeres, los gobiernos de México y Francia, entre el 30 de junio y el 2 de julio, en París y virtualmente, los participantes no están llamados a recordar los datos y la importancia de combatir la desigualdad de género, no se les pide que ayuden a concienciar ni visibilizar, sino a formular compromisos concretos, anunciar donaciones, políticas y programas para los próximos cinco años. Aquí se viene a actuar.
Fondos y políticas feministas
“Esto es una emergencia. No podemos ir despacio ahora”, asegura Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de ONU Mujeres, en un encuentro previo con periodistas organizado por UN Foundation. “En los últimos 26 años vemos a más mujeres en posiciones de liderazgo, pero no es suficiente; que haya solo un 25% de parlamentarias no es suficiente”, reflexiona. El Plan de Aceleración Global lanzado en el Foro Generación Igualdad advierte: “Al ritmo actual de progreso, más de 2.100 millones de mujeres y niñas vivirán en países que no alcanzarán ninguna meta clave de igualdad de género para 2030. Y ninguna mujer o niña vivirá en un país que las cumpla todas”.
“Lo que tenemos ahora es un Foro con Estados, sociedad civil, organizaciones filantrópicas y sector privado para financiar la igualdad de género”. Un presupuesto era una de las falta para avanzar con el plan acordado en Pekín y también en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En la primera jornada del Foro Generación Igualdad ya se comprometieron 40.000 millones de dólares.
Además de los millonarios anuncios de la Fundación Bill y Melinda Gates ―2.100 millones de dólares, 1.400 de ellos para programas de salud sexual y reproductiva― o el Banco Mundial ―10.000 millones más―. También hubo propuestas desde el sur global, como la del presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta. En su intervención en la sesión inaugural se comprometió a “acabar con la mutilación genital femenina desde ahora hasta el final del próximo año”, e invertirán tres millones de dólares para combatir la violencia de género. En este capítulo, el país africano creará un fondo de supervivientes de violencia machista junto con ONG y el apoyo del sector privado, e incluirá en la estadística nacional de salud, cuestiones para tener evidencias de esta problemática y poder darle respuesta.
Los compromisos como los del mandatario africano, las grandes fundaciones o las pequeñas ONG no serás palabras que se lleve el viento. Algunas permanecerán grabadas, todas quedarán por escrito a través de una inscripción de compromisos disponible en la página web del Foro. En ella, indispensable para participar en el encuentro, se pide a las organizaciones que digan cuál es el suyo concreto, el plazo para alcanzarlo, si es económico, legislativo o programático, y a cuál de las seis coaliciones de acción contribuye con su promesa: violencia de género; justicia y derechos económicos, autonomía sobre el cuerpo, derechos y salud sexual y reproductiva; acción feminista para la justicia climática; tecnología e innovación para la igualdad de género; y movimientos y liderazgos feministas.
“El Foro no acaba en París”, comenta la Secretaria General del Foro Generación Igualdad, Delphine O. “Ahora comienza una etapa de cinco años para conseguir lo apalabrado; es un período suficiente para ser ambiciosos y a la par hacer seguimiento y lograrlo”. La meta de los organizadores es alcanzar el millar de compromisos.
Una gran familia feminista
Como los juegos de mesa familiares, el Foro Generación Igualdad es apto de 0 a 99 años (o más). Lideresas, políticos, activistas, organizaciones de la sociedad civil, gobernantes, diplomáticas, fundaciones, empresarios, jóvenes, mayores, LGTBI, del norte o el sur, urbanitas y rurales. A este encuentro global están todos invitados para formar parte de una gran familia feminista. “Este no es un proceso intergubernamental al uso”, lanza Delphine O. “Todos están invitados a la fiesta, pero tienen que poner algo sobre la mesa; quien no lo haga no participará”, agrega. Así se acaba con los discursos vacíos.
El tipo de compromiso dependerá de la capacidad de cada uno, pero es ineludible adherirse a los principios generales y la narrativa feminista del Foro. “Así que no vamos a tener a los chicos malos que han tomado abiertamente posiciones contra los derechos de las mujeres y la igualdad de género, solo porque dejamos la puerta abierta; ellos no entraron básicamente porque no quieren comprometerse y está bien que no tengan que estar en la mesa. Y no hay forma de que podamos forzarlos”, detalla la Secretaria General del Foro.
Sin embargo, O se muestra orgullosa de que su “intensa labor diplomática” durante dos años de preparación del encuentro, hayan podido arrancar compromisos de países en los que no es que gobiernen exactamente los chicos malos, pero donde los derechos de las mujeres no son una prioridad. “Estoy pensando en Burkina Faso, un pequeño país francófono de África Occidental, ni mucho menos en la cima cuando se trata de clasificaciones de igualdad de género. Tras trabajar con ellos, anunciarán importantes compromisos, por ejemplo, respecto a los derechos de salud sexual y reproductiva, que no es un tema fácil en esa parte del mundo. Y el ministro de Salud, el Primer Ministro y el Presidente están muy comprometidos con el tema, incluida la educación sobre sexualidad, el acceso a la anticoncepción, y están abiertos a hablar sobre el aborto, que es un paso importante”, desvela O. Un miembro más para la gran familia feminista.
“Queremos que sea intergeneracional, pero en todo lo que hagamos, los jóvenes estarán en la mejor posición. Nosotras tenemos que apoyarles en nuestros viejos hombros para que vean más lejos y lleguen más allá”, añade Mlambo-Ngcuka. Raperas y activistas compartirán voluntades con filántropas como Melinda Gates o presidentas del Gobierno como Angela Merkel. Las ONG y organizaciones feministas que en Pekín estaban fuera de las reuniones reclamando transparencia, ahora están dentro, y no como observadoras. También ellos, los hombres, son bienvenidos. Objetivo: 1.000 compromisos para la igualdad de género.
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