Un mes después de la salida de los concejales del PP y parte de los de Ciudadanos del equipo de gobierno, lo que dejó al Ayuntamiento de Granada con solo dos personas al mando, el pleno del Consistorio ha elegido este miércoles un nuevo alcalde. Y, contra los pronósticos de los populares, ha sido el candidato del PSOE Francisco Cuenca, la lista más votada, quien ha logrado el bastón de mando. El candidato socialista ha sumado los 10 votos de su agrupación, los tres de IU-UP y, aunque el voto ha sido secreto, a juzgar por las cifras, también los del exalcalde, Luis Salvador, y su único concejal fiel, José Antonio Huertas, ambos aún militantes de Ciudadanos. Esos 15 votos en una corporación de 27 ediles han supuesto, de hecho, algo más de la mayoría absoluta (14 votos).
Al pleno de investidura, celebrado con un aforo reducido en un patio abierto del Ayuntamiento y no en la sala habitual, han asistido Juan Espadas, alcalde de Sevilla y candidato del PSOE a la Junta de Andalucía y próximo secretario general del PSOE andaluz, y Alfonso Gómez de Celis, vicepresidente primero del Congreso por el PSOE. Apenas 30 segundos después del recuento de votos, Francisco Cuenca ha tomado posesión de su cargo y se ha dirigido al pleno. Cuenca ha dicho que convocará en breve a todos los partidos para “un gran pacto por Granada”. Tras el discurso, Cuenca ha salido a la calle a saludar a quienes se habían acercado a la plaza del Ayuntamiento y después ha firmado en el libro de honor, donde ha escrito: “Asumo con honor la responsabilidad de ser alcalde de la ciudad a la que amo y en la que educo a mis hijos. Y lo hago con el compromiso firme de que los granadinos y granadinas se sientan orgullosos de quien los representa. La etapa que afronto debe llevar a mi Granada al lugar que le corresponde, al verso que la acompaña, al sueño que la guía y este no es otro que el de la igualdad y las oportunidades. Honrado y comprometido, Paco Cuenca. Alcalde”. Apenas ha terminado de leer en público la dedicatoria, su hija ha corrido a abrazarlo. Tras el abrazo, Cuenca ha repasado ligeramente su escrito e, inmediatamente, ha firmado sus primeros documentos como alcalde.
Una hora después de la votación, Ciudadanos ha anunciado que inicia el procedimiento para la expulsión de su exalcalde, Luis Salvador, y de José Antonio Huertas, por apartarse de sus directrices: la dirección pretendía que los dos ediles de Cs presentaran a Huertas como candidato y le dieran sus dos votos. En un comunicado, el partido ha manifestado que sus dos concejales “han incumplido la directriz de voto para evitar a un alcalde socialista imputado, contribuyendo a facilitar la chapuza urdida en el PP”. “La dirección nacional de Cs desautoriza completamente el sentido del voto y emprenderá de inmediato las medidas necesarias para la expulsión de los dos ediles, previa apertura de expediente y suspensión de la la militancia”, apostilla el texto. Esos votos, sin embargo, han sido agradecidos por Juan Espadas, quien ha destacado que ambos habían actuado “al margen de presiones” de su partido. Fuentes de la dirección regional del PSOE indicaron a EL PAÍS que no hay nada firmado previamente con el ya exalcalde de Granada, pero no descartaron que a partir de este momento pueda abrirse una “colaboración” con los dos ediles para garantizar la estabilidad del gobierno municipal, informa Lourdes Lucio.
La crisis en Granada entre el PP y Ciudadanos que ha dado la alcaldía al PSOE se produce en el contexto de una batalla nacional entre los dos partidos del centroderecha, que son socios de Gobierno en hasta 200 Ayuntamientos de todo el país, entre ellos en la capital, así como en dos Gobiernos autonómicos. Las direcciones nacionales de PP y Cs se han acusado hoy con duros reproches de ser responsables de entregar Granada a la izquierda, al tiempo que trataban de blindar su pacto de Gobierno en la Junta de Andalucía, aislándolo de este conflicto. Cs ha reprochado al PP su “decisión unilateral de romper el acuerdo de Gobierno atendiendo únicamente a rencillas e intereses personales de terceros, especialmente del dirigente del PP Fran Hervías”. El partido de Arrimadas apunta específicamente contra Hervías, su exsecretario de Organización, que ahora trabaja para el PP y que según se ha quejado Edmundo Bal, vicesecretario de Cs, “quiere cobrarse sus venganzas históricas contra su expartido”. Hervías, a quien Cs acusa de promover una operación para desmantelar el partido, se ha defendido de las acusaciones: “Crear un enemigo externo para tapar la incompetencia, la falta de autoridad y sus errores está muy visto”.
Los populares también han cargado contra Cs, haciéndolo responsable de lo sucedido en Granada. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha criticado que la ciudad andaluza tenga “un alcalde procesado por corrupción con el apoyo de Podemos y Ciudadanos. Es la segunda capital española con un tripartito PSOE, Podemos y Ciudadanos”. El socialista Francisco Cuenca fue investigado y procesado hace un año por un juez de Sevilla en el caso relacionado con la contratación de empresas privadas para la inspección de los cursos de formación de la Junta de Andalucía, si bien la fiscalía ha pedido el sobreseimiento de la causa contra él, según ha informado Granada Hoy.
El PP intentó hasta el último momento que Cs apoyara a su candidato, pero ni la dirección nacional de Cs estaba por esa labor ni los dos concejales del partido en Granada, que han terminando respaldando al candidato del PSOE. Francisco Fuentes, el concejal que ocupaba el número seis de la lista de los populares, era el candidato del PP. Hasta 24 horas antes de la votación contaba con 12 votos (seis del PP, tres de ediles no adscritos y tres de Vox) comprometidos en un documento firmado, según contó el portavoz de esta formación en el Ayuntamiento, César Díaz. En la tarde del martes, Vox anunció que se desmarcaba del acuerdo y que presentaría su propio candidato. Sin embargo, finalmente no ha sido así y solo ha habido dos candidatos, el socialista y el popular. El PP ha sumado los apoyos de Vox y de los concejales que abandonaron el equipo de gobierno liderado por Luis Salvador. A mediados de mayo se marchó Sebastián Pérez, del PP, y el 8 de junio, el resto de los ediles populares y, Manuel Olivares y Lucía Garrido, de Ciudadanos.
El abandono de Sebastián Pérez fue el detonante de la crisis municipal en Granada. En rueda de prensa dijo “hasta aquí hemos llegado” y anunció que se iba de su partido y del gobierno local. A la vez, dijo que solo apoyaría un candidato popular, Francisco Fuentes, y a ninguno más. El PP necesitaba ese voto y pasó por encima de los alcaldables para elegir a Fuentes como aspirante de consenso. Pero no contaban con que Luis Salvador y José Antonio Huertas no iban a dejar pasar la afrenta de haberles creado una crisis mayúscula en el Consistorio. Ambos han optado por hacer oídos sordos a las propuestas populares.
La dimisión del equipo de gobierno del PP tenía como objetivo una salida rápida de Salvador y una recomposición del gobierno con un alcalde del PP. El guion nunca se convirtió en realidad. Salvador tardó tres semanas en dimitir. Cuando lo hizo, anunció su voto a la lista más votada, el PSOE. En la última semana, las direcciones nacionales de PP y Ciudadanos han negociado ―y acordado, según Cs― presentar a Huertas como alcaldable. Esa propuesta fue rápidamente rechazada por el propio Huertas y por Salvador, que reconoció a este diario que su apuesta seguía siendo el PSOE como lista más votada. Finalmente, la búsqueda del PP del bastón de alcalde ha servido para entregárselo al PSOE.
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