California se prepara para uno de sus veranos más duros. El Estado vive la peor sequía registrada desde 1977. Las temperaturas van en aumento y los especialistas creen que las próximas semanas podrían ser devastadoras durante la temporada de incendios. Con todo esto en el horizonte, el gobernador Gavin Newsom apeló hoy a los ciudadanos para reducir un 15% el consumo de agua en los hogares de la entidad, que tiene una población de 40 millones de personas. “Para responder a este reto debemos todos poner de nuestra parte mientras el Estado construye un sistema de aguas más resiliente que salvaguarde el futuro”, ha dicho el mandatario local desde el lago Lopez, en San Luis Obispo, uno de los grandes cuerpos de agua que están en niveles mínimos.
El gobierno local pide sacrificios. Ninguno demasiado grande: reducir el riego de jardines; utilizar el lava loza o lavavajillas y la lavadora de ropa cuando estén llenos, reparar las fugas, instalar regaderas ahorradoras y recortar el tiempo bañándose. Los niveles de agua están en bajos históricos porque este año no ha llovido y porque hubo poca nieve en la Sierra Nevada, otra importante fuente de líquido para el Estado más poblado de EE UU.
Las autoridades creen que la reducción voluntaria en el uso del líquido desde los niveles de 2020, un año donde el propio Newsom ya había rogado cuidar el agua, podría ahorrar para futuro uso un área de 3.400 kilómetros cuadrados, suficiente para abastecer a 1.7 millones de hogares por un año, según cifras de la oficina del gobernador.
La petición pide repetir los esfuerzos de los ciudadanos durante la gran época de seca que se vivió entre 2012 y 2016. Las medidas adoptadas por la gente de a pie llevó a que el uso per cápita del agua disminuyera un 21% desde 2013. Los sectores urbanos usan aproximadamente un 16% menos de agua que el promedio de aquel año.
A pesar de la severa situación que encara no solo California, sino todo el oeste de Estados Unidos, el gobernador Newsom ha querido evitar un tono de emergencia. El político demócrata enfrentará el 14 de septiembre una elección especial donde se jugará el puesto. La pandemia es la primera contingencia que amenaza sus posibilidades de triunfo, pero el avance de la vacunación y sus esfuerzos por brindar normalidad en el Estado han hecho remitir las posibilidades. Ahora aparece la sequía y los estragos que esta pueda causar como el principal lastre rumbo al referéndum.
Los analistas políticos creen que esta coyuntura ha hecho que Newsom se lo piense mejor antes de decretar un estado de emergencia para toda la entidad. El gobernador, en cambio, ha anunciado este jueves que el estado de emergencia se extiende a nueve condados más: Inyo, Marin, Mono, Monterey, San Luis Obispo, San Mateo, Santa Bárbara, Santa Clara y Santa Cruz. La proclamación ayuda a que estas ciudades tengan ayuda más fácilmente de organismos estatales y federales. El anuncio coloca a 50 de 58 condados en terreno de estado de emergencia.
Preparación para los incendios
La Casa Blanca de Joe Biden prepara un plan de respuesta a la temporada de incendios, que promete ser devastadora en un año que ha dejado muy altas temperaturas en el oeste del país. El presidente anunciará, de acuerdo a Reuters, una subida de los salarios y bonos para los 15.000 bomberos que estarán en la línea de batalla combatiendo los fuegos. Ninguno de ellos ganará por debajo de los 15 dólares por hora.
El Servicio Forestal y la Oficina de Manejo del Territorio ha hecho pronósticos ominoso para esta temporada de incendios, que la Administración comenzará a enfrentar con la misma severidad que la de huracanes. Desde 2015 cada año hay 100 incendios más en promedio que la temporada anterior.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.
Source link