Khris Middleton se puso por fin el traje de estrella en las Finales de la NBA y lideró con 40 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias la victoria de los Milwaukee Bucks sobre los Phoenix Suns por 109-103 que sitúa el empate a dos en la eliminatoria por el título. En un partido para el recuerdo, la actuación de la pareja de baile de Giannis Antetokounmpo, que también se salió con 26 puntos, 14 rebotes y 8 asistencias, resultó clave para contrarrestar el antológico encuentro de otro jugador pata negra.
Devin Booker, imparable, tiró del conjunto de Arizona con un partido estratosférico de 42 puntos, tan solo manchado por sus problemas de faltas y su mala gestión de las mismas. El joven escolta, incluso, se arriesgó mucho a falta de tres minutos y medio, momento en el que los árbitros le perdonaron un doble hachazo a Jrue Holiday que le hubiera supuesto su sexta y definitiva falta… y si hubiera, la séptima.
A pesar de la ceguera selectiva de los colegiados, que no estuvieron demasiado finos en ningún tramo del encuentro, los Bucks lograron superar el reto lanzado por Booker, que contestó con una exhibición al más puro estilo de su ídolo Kobe Bryant su terrible tercer partido. Los Suns, sin embargo, no supieron acompañar anoche a su principal referente, un jugador que tal y como indicó el trato de los árbitros, firmó su irrupción como superestrella de la liga.
Middleton, en su mejor encuentro de la eliminatoria, fue quien decidió tras un toma y daca de altura con Booker, que acabó desesperado al verse víctima y beneficiario a partes iguales del trato arbitral. El alero de Milwaukee empató el partido a 99 a dos minutos de la conclusión y, acto seguido, aprovechando un buen bloqueo y cobertura de Anteto, clavó otra canasta para adelantar a unos Bucks que fueron a remolque en el casillero casi todo el encuentro.
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En la siguiente jugada, el coloso griego puso la primera piedra para dictar sentencia con un tapón antológico sobre Deandre Ayton (6 puntos, 17 rebotes y 5 asistencias), correcto en defensa pero desaparecido en ataque para Phoenix. Con un minuto restante, Middleton desaprovechó dos tiros complicados y un rebote ofensivo de Jrue Holiday, pero fue la posterior pérdida de Chris Paul en el ataque de Phoenix la que hundió definitivamente a los visitantes.
A la tercera fue la vencida, y el propio Middleton anotó con 20,8 segundos restantes (103-99) para sentenciar un partidazo que empata la eliminatoria y la deja muy abierta en el retorno a Phoenix, que le dará vueltas estos días a la oportunidad desaprovechada en el Fiserv Forum. Los Suns llegaron a dominar por 9 puntos en el primer y el tercer cuarto, y gracias a Booker siempre parecieron encontrar respuesta a Middleton y Anteto, un dúo magníficamente compenetrado.
Booker anunció su resolución nada más empezar el partido, y Phoenix gozó de lo lindo gracias a sus 20 puntos en la primera mitad, que acabó con empate a 52 pese a la superioridad estadística visitante. Los triples no entraron en el cuarto partido (7-29 Bucks vs. 7-23 para Suns) y la tensión fue creciendo con el paso de los minutos. Un tercer cuarto perfecto de Booker, que metió 18 puntos y no falló ninguno de sus siete tiros de campo, pareció volver a dar alas al conjunto de Monty Williams (76-82).
El técnico no estuvo fino con los últimos tiempos muertos y dejó que los Bucks jugaran a placer los dos contra dos con Anteto de facilitador y Middleton de ejecutor. El señuelo de Mike Budenholzer funcionó, y lo que no pudo controlar Williams fueron los nervios de Booker, que cometió faltas prescindibles y absurdas y se perdió la mitad del último cuarto tras cometer su quinta falta a 11:30 de la conclusión.
Phoenix supo mantenerse firme sin su estrella, a pesar de que tan solo Jae Crowder superó con creces los dobles dígitos con 15 puntos y 8 rebotes. Chris Paul, al igual que Holiday, no estuvo demasiado fino, y terminó con 10 puntos y 7 asistencias (5-13 TC) además de cometer fallos garrafales en los momentos decisivos.
El banquillo de los Suns sacó pecho a ratos, pero Pat Connaughton contrarrestó ese trabajo con 11 puntos y un +21 de valoración que lideró el +/- del encuentro. Brook López, con 14 tantos, y Holiday, con 13, complementaron a ratos al dúo de referencia local. Ambos, a su vez, demostraron que no están sacando a relucir su mejor versión ofensiva con un 0 de 10 en triples acumulado entre ambos.
Sin ellos, a Milwaukee le bastó meter intensidad y batallar en defensa para lograr anular la exhibición de Booker, que tuvo momentos en los que dejó notar su edad. Son 24 años y un futuro brillante por delante, y quedó claro que el escolta se ha rearmado para afrontar lo que resta de Finales de la NBA con las palabras de Kobe entre ceja y ceja: “Sé legendario”, como se puede leer en sus zapatillas.
Además de la aparición de Middleton y la recuperación de Booker, anoche quedaron más cosas claras a pesar del empate en la eliminatoria: estas Finales de la NBA pasarán a la historia por coronar una nueva superestrella con su primer anillo y, además, serán recordadas por la magnífica calidad de los partidos cuando muchos no daban ni cuatro duros.
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