Es sin duda una de las sensaciones del Mundial de Fórmula 1 2021. Con la marcha de Carlos Sainz a Ferrari, Lando Norris ha asumido el liderazgo de una escudería tan histórica como McLaren sin arrugarse ante la llegada de uno de los mejores pilotos de la parrilla, Daniel Ricciardo a Woking. Pese a su juventud, con solo 21 años de edad, Lando Norris (13 de noviembre de 1999, Brístol, Reino Unido), cogió el testigo de su gran amigo español para dar un enorme salto de calidad con una temporada llena de velocidad y constancia, mejorando especialmente en este último punto para llegar a la cita de casa, el GP de Gran Bretaña de este fin de semana, en la cuarta posición del Mundial. Sin duda, entre los 200.000 espectadores que se prevé que llenen las gradas de Silverstone, el nombre del piloto de Brístol será uno de los más coreados tras un inicio de curso espectacular.
En las primeras nueve carreras ha aprovechado el paso adelante dado por McLaren este año con su nuevo motor Mercedes y una aerodinámica evolucionada para pisar el podio en tres ocasiones y acabar en el Top-5 en todas las carreras excepto en Portugal. Los que veían hace años una estrella en él, ya pueden sacar pecho al ver el enorme salto del piloto inglés, que ya es uno de los más queridos de toda la parrilla.
No lo es solo por su calidad al volante. Sobre todo, por su carácter. Si hace unos años preguntabas cuál era el piloto que mejor caía de la parrilla, la mayoría hubieran dicho su actual compañero, Daniel Ricciardo. Pero ahora, ese título se lo está llevando cada vez más un Lando que se ha puesto en el bolsillo a todos los aficionados, no solo los ingleses, con sus constantes bromas, su naturalidad y su semblante de niño.
Es posible hablar ya de una ‘Landomanía’. Y si no, juzguen ustedes mismos: Esta semana, un piloto de avioneta sobrevoló silverstone dibujando en su GPS un trayecto con mensaje. Si mirabas su recorrido, había dibujado las palabras ‘Lando’, ‘F1’ y el dorsal ‘4’ de Norris. Solo un ejemplo del enorme respaldo que tiene de los fans.
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Piloto ‘streamer’
Se trata de uno de los jóvenes pilotos que pertenecen a la nueva camada de la F1, grandes representantes de lo ‘millenial’ y de un fenómeno que está arrasando entre la juventud, los videojuegos retransmitidos en directo. Lando es junto a otros jóvenes como George Russell, Charles Leclerc o Max Verstappen, el mejor ejemplo de que el perfil de los pilotos ha vuelto a cambiar.
Tanto es así que en alguna web de videojuegos puedes encontrar un titular del estilo ‘El streamer de Twitch Lando Norris se sube al podio de la F1”. Sí, no se sorprendan. Muchos le conocen por ese otro perfil. Y es que Lando cuenta con casi 1 millón de seguidores en esta plataforma, cuando hace solo un año tenía 200.000. Y si miramos las redes sociales, tiene ya con 3.5 millones de seguidores en Instagram, superando ya los 3.3 de todo un bicampeón como Fernando Alonso.
También es uno de los pilotos que llegaron a la F1 con un gran respaldo económico familiar, hijo de un exitoso empresario que hizo una fortuna millonaria como asesor en administración de pensiones. Pero Lando es el ejemplo perfecto para demostrar que no todos los pilotos de familia adinerada llegan solo por este motivo. Siempre demostró en las categorías inferiores un enorme nivel y McLaren le respaldó en su camino para alcanzar la F1 debido a su enorme talento. Sin ir más lejos, en su segundo año en la F2 terminó segundo brillando con luz propia.
Generando contenido en plena pandemia
Amante de los videojuegos, el segundo piloto más joven de la parrilla (solo superado por Tsunoda, de 20 años), en plena pandemia se convirtió en gran animador de miles de jóvenes que estaban encerrados en sus casas. Lo hizo participando en las carreras virtuales de F1, pero también creando mucho contenido en su canal de Twitch en directo.
No era extraño verle charlando con sus fans mientras comía un shawarma o con una enorme hamburguesa en las manos, partiéndose de risa al ver que no le cabía en la boca o tras haber quemado el pan en la tostadora. Incluso no dudó en coger el teléfono para hacerle una broma a Carlos Sainz. Todo ello, siempre entre risas, de las que contagian. Allí estaba él, mostrando a todos parte de su salón, donde en una esquina tiene un simulador al lado del sofá en lo más parecido a un piso de estudiante que al de un piloto de F1. No necesitaba más. Un perfil muy diferente al de generaciones anteriores y a años luz de otros históricos pilotos de hace décadas, mucho más herméticos e inaccesibles.
La F1 persigue con mucha insistencia a los fans jóvenes y pilotos como Norris son vistos por los jefes del Gran Circo como oro para el futuro de la competición.
Precisamente, Norris atendió a MD en 2018, el año antes de su ascenso a la F1. Ahí, en el cara a cara, en el hospitality de McLaren, se mostraba algo tímido e introvertido. Todo lo contrario a ahora. Todos le veían como futura estrella de la F1, pero él prefería mantener los pies en el suelo. “Estoy seguro de que si llego a la F1 estaré confiado. Max (Verstappen) también cometió errores y Hamilton lo hizo por inexperiencia frente al resto de pilotos. Siendo joven puedes hacer un muy buen trabajo, ganar o sumar puntos pero hay cosas en las que aún no eres el mejor. Todo necesita su tiempo. Debo averiguar lo que debo mejorar y estar listo para cuando dé el salto”, decía por aquel entonces. Tenía claro su camino, y ahora, tras dos años en la Fórmula 1, ha demostrado estar ya al nivel de liderar McLaren.
Sainz, su mejor amigo
Lando mantiene una gran amistad con otros pilotos ‘streamers’ como Russell, Verstappen o Leclerc. Pero sin duda, su gran amigo es Carlos Sainz, con el que formó una pareja perfecta en las dos campañas anteriores. Carlos le enseñó a jugar al golf y ahora, el inglés practica este deporte siempre que puede, a veces, con su amigo español. Y es que aunque Ricciardo y él se asemejen mucho por su carácter bromista, el australiano, piloto de otra generación, no ha conseguido que el británico se olvide de Sainz. “Daniel y yo nos llevamos bien, nos reímos mucho, seguimos siendo buenos compañeros y todo eso. Pero una cosa distinta es que nuestros intereses fuera del circuito son muy diferentes, y los que tenía con Carlos eran muy parecidos”, comentó recientemente.
Del madrileño también aprendió la importancia del trabajo fuera de la pista para seguir mejorando. No todo podía ser pilotar y jugar a videojuegos. Y este año, lo está aplicando a la perfección. “Creo que me estoy enfocando más en mí mismo de lo que lo he hecho. Enfocándome en las cosas importantes, como en mi conducción, y hacer una actuación como la que estoy teniendo este año. Es necesario enfocarse en otras cosas para hacer un mejor trabajo, como pasar tiempo con mis ingenieros en vez de pasar el tiempo charlando. Pero no le estoy quitando nada a mi disfrute de la Fórmula 1. Todavía me encanta y hago todo lo que quiero hacer. Solo hay un cambio mayor hacia el enfoque y el lado de la ética laboral. Definitivamente ha habido un cambio, pero no podría decir cuánto”, apuntaba un Norris al que incluso se le ha visto este curso poniéndose los guantes y el mono de trabajo tras las carreras para ayudar a sus mecánicos a desmontar el box. Un chico terrenal, cercano, bromista y que siempre sonríe. Incluso pocos días después de ser asaltado en Wembley por unos energúmenos. Pero en la pista, es un auténtico depredador. Tiene un gran futuro por delante. Volando va. ‘VoLando’ Norris.
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