El Valencia espera este sábado a Maxi Gómez, que regresa a la disciplina del club en una situación muy parecida a la de su compañero Gonçalo Guedes, que se unió a la pretemporada del equipo hace unos días. El delantero uruguayo vuelve con el mismo cartel de transferible que tenía cuando, tras superar el COVID 19, se marchó a su país para disputar la Copa América con su selección… pero regresa siendo una venta igualmente complicada por varios aspectos. Casi igual que Guedes.
El primero, obvio, es que no hay grandes ofertas por él. Sus dos años en el Valencia no han sido para tirar cohetes. Además, como pasa con el luso, el club tiene que afrontar aún una amortización muy importante de lo pagó por él por lo que, visto el mercado, será difícil que al club le entre una elevada cantidad neta, que es los que necesita.
Por otra parte, José Bordalás, como pasa con Guedes, estaría encantado de contar con él. Con su garra y su trabajo, encaja a la perfección en su sistema de juego y el alicantino es especialista en tener a sus delanteros enchufados de cara a la portería, justo lo que le ha faltado a Maxi esta última campaña.
De hecho, el delantero relató hace unos días en una entrevista en su país que Bordalás le mandó un largo mensaje cuando llegó al club explicándole lo importante que sería para él que estuviera en el equipo y Maxi se mostró encantado. Incluso se puso como reto volver a alcanzar la cifra de 18 goles que llegó a marcar con el Celta.
Además, como pasa con Guedes, si Maxi se fuera, el Valencia se tendría que comprar otro. En el caso del delantero más aún que en el del portugués porque ya ha dejado el equipo Kevin Gameiro. Pero todo está abierto.
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