En un mundo en constante cambio, en el que las modas vienen y van en un abrir y cerrar de ojos, y con una televisión que se transforma a la misma endiablada velocidad, Saber y ganar permanece, a punto de cumplir 25 años en La 2, como un pequeño remanso de paz inmutable. Por eso, que Juanjo Cardenal (Madrid, 71 años), la voz que ha formulado las preguntas a los concursantes desde 1997, se jubile supone un pequeño gran terremoto en un formato muy poco acostumbrado a las sacudidas. A partir del 23 de agosto, su lugar lo ocupará Elisenda Roca. El periodista y locutor contesta por teléfono a EL PAÍS en la mañana del jueves, un día después de que el programa homenajeara a su sabio.
Pregunta. ¿Por qué la jubilación ahora?
Respuesta. Hacía ya mucho tiempo que tocaba, pero es un trabajo intelectual, me gustaba hacer el programa, lo disfrutaba. Si cargara butano me habría jubilado antes.
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P. ¿Qué significa para usted Saber y ganar?
R. Para empezar, un cuarto de siglo de mi vida, que si lo trasladas a mi vida laboral, que ha sido de 44 años y medio, es una parte importantísima. Eso a nivel institucional, digamos. Aparte de eso, ¿qué ha pasado en esos 25 años? Me he roto dos meniscos, he tenido una hernia discal, me han operado de una hernia de hiato, se ha muerto mi papá, se ha muerto mi mamá, he tenido cuatro nietos… He compartido con concursantes con los que hemos intimado momentos maravillosos por toda la geografía española. Tengo algunos amigos dentro del programa que nos hemos hecho uña y carne. Todo eso que pasa en 25 años. Y las cosas malas, que también ha habido.
P. ¿Y Jordi Hurtado qué significa para usted? Porque su relación, además, se remonta a los tiempos de Si lo sé no vengo (1985-1988).
R. Es un profesional con el que he compartido casi 40 años. Después de Si lo sé no vengo tuvimos mucho contacto en otros programas de Sant Cugat, ha habido algún lapsus, estuve dos años en Colombia y desaparecí de aquí… Pero nos hemos seguido viendo o sabiendo el uno del otro cuando no hemos coincidido en programas. Y luego 25 años trabajando todas las semanas en este programa. No tenemos una amistad especial fuera de televisión, pero bueno, en plató somos dos profesionales que después de tantos años, hemos sabido entendernos y respetarnos, y disfrutar cuando trabajamos. Jordi lo dice mucho, trabajamos sin guion, en nuestros papeles solo tenemos las preguntas y respuestas resaltadas en negrita, de lo demás no hay nada.
P. ¿No le habría gustado pasar más tiempo delante de la cámara?
R. He hecho poca pantalla en televisión. Hice un programa que se llamaba Musicmots para Cataluña, que duró cuatro o cinco meses porque fue un recurso que Sergi Schaaff se sacó del bolsillo para cubrir un hueco. En Cerca de las estrellas, que era un programa diario, yo hice un concurso un par de años, y prácticamente no he hecho nada más en pantalla. Nunca he presentado un programa de televisión entero, entonces no lo puedo añorar.
P. ¿Qué tiene Saber y ganar para que siga ahí tanto tiempo después, en estos tiempos en los que la televisión se quema tan rápido?
R. El éxito no tiene ningún secreto, es magia pura. Si hubiera un secreto, con lo que he aprendido en Cataluña, lo vendería a un buen precio y me forraba. Es la hora, que es aparentemente tonta, no es la tarde ni la mañana, han pasado las noticias del mediodía, es la hora de la siesta… Eso podría ser un motivo, hay gente que no duerme siesta y se engancha al programa. ¿Es porque lo hemos hecho bien? Seguramente algo tiene que ver, sin falsa modestia. ¿Es que la idea es muy buena? Aplaudamos entonces a Sergi Schaaff [creador y director de Saber y ganar y Si lo sé no vengo, entre otros formatos]. No lo sé. El éxito te viene.
P. ¿Se ha quedado con ganas de hacer algo profesionalmente?
R. No, porque no es fácil. Las últimas veces que hice teatro fueron montajes en teatros pequeñitos, los monté yo. Pero en televisión es más difícil, necesitas una productora, un equipo… Es muy complejo, y las cadenas están muy consolidadas. Dedicar esfuerzo a eso me parece un esfuerzo baldío. Ahora estoy preparando una web personal para lo que me está acompañando Josep Closas, el informático del programa. Estoy muy ilusionado con ello y lo anunciaré con campanillas.
He llegado a la conclusión de que soy perfecto, no tengo defectos
P. Como conocedor desde dentro del medio, ¿qué análisis hace de la televisión actual? ¿Se hace mejor televisión ahora que antes o al contrario?
R. Es diferente, para no molestar a nadie. Antes había cosas que no me gustaban y ahora hay otras que siguen sin gustarme. Soy muy mal espectador de televisión, primero porque veo muy poca televisión, y segundo porque soy insoportablemente crítico, y muchas veces injustamente. Tengo mi relación con la pequeña pantalla, los insulto, les digo de todo aunque esté solo. Soy muy crítico y veo poca televisión. Y no soy de series. A mí explícame una historia en 90 minutos, que da para mucho si está bien hecho, pero no me cuentes una historia en 400 horas, me cansa.
P. ¿También ha sido tan crítico con su propio trabajo?
R. Claro que sí, y mucho y muy cruelmente, pero he llegado a la conclusión de que soy perfecto, no tengo defectos. Me parece maravilloso mi trabajo. No me he criticado, pero sí me he analizado. Yo ya tengo críticos, porque los mejores críticos son tus amigos, y tengo dos dentro del programa que son insoportables, y luego en casa tienes a tu mujer y tus hijos, que no te pasan una. “Cómo te has puesto esa camisa”, “oye papá, que la camisa va por fuera”, “cómo dijiste eso, si el concursante te estaba diciendo una cosa y dijiste otra”. Ya me zurran bastante.
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