Hace poco más de tres meses, la escritora Clara Sánchez publicaba su última novela, Infierno en el paraíso (Planeta). Y como en la televisión todo va a la luz del rayo, ha sido tiempo más que suficiente para que Buendía Estudios se haya hecho con los derechos para transformarla en serie. La historia de intriga sobre la huida de una princesa saudí de su jaula de oro cobrará vida impulsada por la productora fruto de la alianza entre Atresmedia y Telefónica. Sonia Martínez, directora editorial de series de Buendía Estudios, será la productora ejecutiva del proyecto, que cuenta con el respaldo de Clara Sánchez y que se encuentra en fase de desarrollo.
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“Estoy emocionadísima porque yo soy de las que se enganchan a las series, me encantan”, dice la autora en conversación telefónica. “Cuando estaba escribiendo esta novela, estaba ya enganchada a la futura serie. La estaba escribiendo con un ritmo que a mí me parecía que era de serie. El escenario, el espacio físico, me parecía un espacio donde podían ocurrir muchas cosas y no había que ir de un sitio para otro, sino que presentaba una atmósfera donde los personajes podían desarrollarse e ir desentrañando esa intriga que envuelve toda la historia, que es una historia muy nuestra, muy de aquí”.
La trama de la última novela de la escritora ganadora del premio Nadal, Alfaguara y Planeta tiene a dos mujeres como protagonistas. Sonia es una joven que empieza a trabajar como camarera en un exclusivo hotel de Marbella. Allí se convierte en asistente personal de las princesas saudíes y así entabla relación con Amina, la segunda esposa del rey Fadel. La tranquila vida de Sonia dará un giro cuando se vea implicada en una trama que lleva a la desaparición de la princesa Amina y conozca la realidad que se esconde tras el lujo. “Es una historia escrita desde un punto de vista completamente audiovisual”, dice Sonia Martínez, “no solo por el entorno, que es muy atractivo, y por el diseño de personajes, que son muy especiales, también porque es un thriller lleno de puntos de giro, con unos personajes muy potentes y un entorno que es tan conocido pero a la vez enigmático en muchos sentidos”.
Además de la trama, Sánchez destaca las emociones detrás de su historia: “Era un espacio muy nuestro, la costa, donde todos los veranos llegaba el misterio, la familia real saudí. Era un mundo lejano que se colaba en nuestra vida, era el dinero y el poder en mayúsculas. Y hablar de esto era hablar de la impunidad que acarrea ese tipo de poder sin fisuras. Toda esa impunidad que produce impotencia. Parece que la impotencia y la falta de libertad vienen siempre de la pobreza, y a mí me atraía mucho hablar de eso desde el lujo y el dinero a través de esas mujeres que llegaban a España en la época de los años dorados de Marbella. Es una historia muy visual y con muchos giros, pero también muy llena de matices emocionales”.
Ahora comenzará el proceso de adaptación y desarrollo de guion, que llevará cerca de un año y que la autora seguirá desde lejos. “Yo tampoco quiero trabajar mucho, la verdad, ya me he dejado las pestañas en la novela. Todo lo que tenía que hacer ya lo he hecho”, dice sincera, entre risas, cuando se le pregunta por el grado de implicación que tendrá en la serie. Tampoco tiene miedo a que el resultado en pantalla sea diferente a lo que imaginaba al escribir. “La novela está ahí, siempre será un complemento. La gente que vea la serie podrá acudir a la novela para ampliarla, porque habrá matices y sensaciones que no se hayan podido recoger, y al revés. Me crea mucha emoción ver a Sonia físicamente, porque la tengo en mi mente pero solo son trazos con los que construyes un personaje. Y ver a Amina, al gerente del hotel… Me resulta muy emocionante”. Martínez completa: “Cuando acometes una serie que viene de un libro, en el imaginario colectivo cada uno se ha hecho su película y su personaje, es inevitable que en algún momento alguien diga que no se lo imaginaba así. Pero el reto es que, aunque no te lo imaginaras así, el personaje esté tan bien construido que te enamores de él y no puedas verlo de otra forma”.
Todavía no hay actores vinculados al proyecto. La autora no tenía en mente ninguna actriz cuando imaginaba a sus protagonistas, pero sí a un personaje conocido: “sin querer, para Amina tenía muy presente a la princesa Latifa [hija del emir de Dubái]. Desde que vi una foto suya en el año 2000 se me quedó en la mente, y de ahí sale el físico de Amina”.
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