La huida de Nilofar Bayat de Kabul a Bilbao

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Esta es una película con una actriz principal y muchos secundarios para darle empaque y fuerza a la historia, que, aparentemente, tendrá un final feliz, que recuerda vagamente al de Casablanca, en la pista de un aeropuerto. Malos y buenos, salvoconductos, muerte que acecha alrededor. Siempre nos quedará Bilbao. Nilofar Bayat, capitana del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas, supuestamente, ya está viajando hacia Europa después de varios días de zozobra en los que temió por su vida y la de su marido Ramish. Este periódico, sin embargo, no ha podido confirmar que su avión haya partido ya, aunque la medallista paralímpica española Gema Hassen-Bey, que fue la primera que pidió ayuda para la baloncestista afgana, tuiteó que ya estaba en camino “y a salvo”. Las gestiones de un puñado de personas propiciaron que la historia esté a punto de acabar bien.

Minutos antes de embarcar para Tokio, donde el martes próximo comienzan los Juegos Paralímpicos, ejemplo de superación, solidaridad y amistad, Txema Alonso, presidente del Bidaideak Bilbao, de baloncesto en silla de ruedas, seguía colgado del teléfono a la espera de noticias. Embarcó sin tenerlas, pero creía que llegarían pronto. En su club se hicieron eco de la llamada de socorro de Nilofar, que pedía salir de su país por miedo a los talibanes. El equipo bilbaíno reaccionó pronto y le ofreció una salida. Ella depende de la silla de ruedas después de que un misil impactara en su casa y le dañara la médula espinal. Sólo tenía dos años. Un hermano suyo murió en el mismo bombardeo.

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Deportista y estudiante de Derecho, aseguraba días atrás: “No puedo salir y sé que no estoy segura aquí. Los talibanes me matarán. No les gustan las mujeres como yo. Tengo miedo porque hasta hace 20 años ellos gobernaban Afganistán, y fue entonces cuando me hirieron y quedé en sillas de ruedas”. El mensaje se lo envió la deportista a su amigo, el reportero Antonio Pampliega, que estuvo secuestrado durante 299 días por Al Qaeda, que se puso en contacto con la Federación Española de Baloncesto a través de la periodista de RTVE Paloma del Río. Nilofar trabajaba en el Comité Internacional de la Cruz Roja, pero al día siguiente de la entrada de los talibanes en Kabul, la enviaron a casa.

Cuando en el Bidaideak Bilbao conocieron la historia no se lo pensaron ni un minuto. “Si quiere, nosotros le abrimos nuestra casa, le ofrecemos un sitio para que se encuentre cómoda. Un club como el nuestro sólo tiene sentido desde los valores”, aseguraba Txema Alonso. Hablaron con Pampliega para que comunicara su propuesta a la jugadora. Mientras, en instancias superiores, Jorge Garbajosa, presidente de la Federación Española de Baloncesto , trasladó la información de la que disponía al Consejo Superior de Deportes. En el ministerio dieron el visto bueno a incluir a Nilofar Bayat y su marido en la lista de personas que podían subir a uno de los aviones fletados desde España.

Pero todavía quedaban bastantes escalones por ascender. Nilofar y su marido Ramish, que también sufre discapacidad a causa de la guerra civil afgana, después de enviar todos los datos y documentos que les solicitaron desde España, llegaron a la entrada del aeropuerto militar de Kabul, que se hallaba rodeado de fuerzas talibanes. En el interior se movían tropas estadounidenses, pero no se podían acercar hasta ellos con su documentación. Finalmente, después de horas de zozobra, lo hicieron, pero tras atravesar los controles de pasaportes, no encontraron a ningún responsable de la delegación española.

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“Lo último que yo sé”, comentaba Txema Alonso, “es que había llegado por la noche al aeropuerto de Kabul, y que allí, después de no encontrar a ningún representante español, la delegación consular alemana, le había abierto un hueco en uno de sus aviones. Todavía no habían salido, estaban esperando a que llegara la aeronave”.

La deportista le envió un mensaje a Antonio Pampliega, que el periodista publicó en un tuit: “Antonio, me voy a Alemania. Si me quedo a esperar al avión de España me van a echar del aeropuerto porque no llega hasta mañana. Y no quiero volver a tener que pasar por lo mismo de hoy con los talibanes. Me voy. Hablamos desde Frankfurt”, decía. Desde la Federación Española de Baloncesto iniciaron inmediatamente los trámites para trasladar a España a la pareja una vez hubieran llegado a Alemania.

Txema Alonso, el presidente del club vasco, está a la espera de que Nilofar decida aceptar su propuesta de vivir y jugar en Bilbao: “Ya había salido algo en los medios de comunicación sobre la situación de esta chica, y escuchamos el mensaje de la Federación Internacional de Baloncesto en silla de ruedas, así que no tardamos ni cinco minutos en tomar la decisión”, apunta. “Si ella quiere jugar al baloncesto, aquí tiene un hueco para que se sienta bien con el calor de la gente que no conoce. Será decisión suya si quiere quedarse o no con nosotros”.

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