Ted Bundy es uno de los asesinos más infames de la historia; esto es lo que le confesó a su “mejor amigo”, el agente y analista del FBI Bill Hagmaier.
De Elijah Wood Ningún hombre de dios cuenta la historia de Ted Bundy y Bill Hagmaier, el “mejor amigo” y confidente final de Bundy, pero ¿qué le confesó Bundy a Bill Hagmaier en la vida real? Bill tenía una posición única para ganarse la confianza de Bundy, pasando más de 200 horas con uno de los asesinos más notorios de Estados Unidos con la esperanza de comprenderlo. Entonces, ¿qué logró Hagmaier sacar de Ted Bundy, y dónde está ahora?
Ted Bundy fue uno de los asesinos más despiadados de la historia. Aunque finalmente fue enviado a la silla eléctrica en Florida por los asesinatos de Kimberly Leach, Margaret Elizabeth Bowman y Lisa Levy, de 12 años, Bundy secuestró y asesinó al menos a 30 mujeres entre 1974 y 1978. Bundy se destacó del otro asesinos en serie de la época debido a su encanto y nivel de educación, rompiendo el molde tradicionalmente se creía que los asesinos en serie existían en su interior. En un intento por obtener información de Bundy antes de su ejecución, el FBI envió a Bill Hagmaier, un agente de la Unidad de Análisis de Conducta, en un intento de determinar el motivo por el cual Bundy mató a esas mujeres. Entre 1984 y 1989, Hagmaier trabajó para ganarse la confianza de Bundy, convirtiéndose lentamente en el “mejor amigo” de Bundy, en los términos del asesino.
Como se muestra en Ningún hombre de Dios, Hizo falta la inevitable fecha de ejecución de Bundy para que el asesino le confesara plenamente sus crímenes a Hagmaier. Con todas las vías para retrasar su ejecución agotadas, Bundy se encontró en la víspera de su muerte. Fue entonces cuando Ted desató los horripilantes detalles de sus crímenes sobre Hagmaier, confesando al menos 30 asesinatos, aunque algunos permanecieron sin identificar. Le dio a Hagmaier un desglose estado por estado de su ola de crímenes; 11 víctimas en Washington, ocho en Utah, tres en Colorado y Florida cada una, dos en Oregon e Idaho y una en California. Hoy, diez de las víctimas de Bundy aún no están identificadas. En sesiones que duraron más de 20 horas seguidas, Bundy compartió sus métodos asesinos, incluida la decapitación de 12 de sus víctimas y una inclinación hacia la necrofilia.
En Ningún hombre de Dios, Ted Bundy y Hagmaier también hablaron sobre filosofía y moralidad. Bundy confesó su miedo a la muerte al agente del FBI, quien lo entrenó a través de la mecánica de su inminente ejecución y cómo enfrentaría a Dios. Hablaron de cómo el asesinato le permitió a Bundy sentirse como el Dios de sus víctimas, dándole poder sobre su cuerpo y alma. Hagmaier dijo que Bundy le dijo que lo iba a llevar “donde ningún policía ha ido antes“- y el agente del FBI confirmó que tuvo éxito. Hagmaier dice que Bundy proporcionó una visión increíble de la mente de un asesino, ayudando al agente a dar forma a la ciencia recién formada detrás del análisis de la conducta criminal.
Después de la ejecución de Bundy en 1989, Hagmaier fue extremadamente buscado. Ascendió en las filas del FBI, convirtiéndose en el jefe del Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos y uno de los mayores perfiladores criminales. Fue llamado para ayudar en casos de alto perfil, incluidos el Night Stalker de Los Ángeles, el Green River Killer y el “Weeping Killer”. Dio conferencias sobre su tiempo con Bundy, a veces reservado durante años para compartir su conocimiento con futuros perfiladores. Hoy, Bill Hagmaier está retirado del FBI, pero no ha dejado de hablar de Bundy; se desempeñó como productor ejecutivo de Ningún hombre de dios, ayudando a dar forma a su propio personaje y detalles en la película después de años de rechazar ofertas de Hollywood.