Una banda de atracadores protagonizó la madrugada del lunes un espectacular asalto a la ciudad de Araçatuba, a unos 500 kilómetros de São Paulo, que acabó con tres muertos, robos en varias sucursales bancarias e incluyó el uso de vecinos como escudos humanos para huir con el botín. Decenas de encapuchados llegaron pasada la medianoche fuertemente armados y con explosivos en unos diez vehículos, según informa la prensa local. Se desplegaron en el centro a tiro limpio, cerraron los accesos a la ciudad para impedir la entrada de la policía y asaltaron bancos. Los atracos son una de las vías de financiación de bandas del crimen organizado como el poderoso Primer Comando de la Capital (PCC), cuya principal plaza es el Estado de São Paulo.
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Durante la huida, los atracadores tomaron a varios vecinos como rehenes para evitar ser neutralizados por la policía. A algunos de ellos los ataron al capó de sus vehículos para facilitarse la fuga, según muestran imágenes difundidas en Twitter por reporteros de esta región del interior del Estado de São Paulo.
Uno de los fallecidos en el asalto es un atracador. Además, cuatro personas han sido hospitalizadas con heridas. Y hay también tres personas detenidas.
Las imágenes grabadas por los vecinos también muestran a un hombre recogiendo billetes que quedan desperdigados por el suelo en la fuga.
Araçatuba es una ciudad de 200.000 habitantes, pequeña para los estándares brasileños y blanco fácil para un asalto así porque suelen contar con pocos agentes de policía.
Este tipo de atracos ocurren con cierta periodicidad en Brasil. Son operaciones que requieren una enorme logística, suelen ser perpetradas por grupos de entre 15 y 30 hombres con fusiles de asalto y explosivos. En esta ocasión, los criminales quemaron por ejemplo un camión y lo cruzaron en una de las entradas para impedir el paso de agentes de refuerzo movilizados desde ciudades vecinas y llegaron a utilizar un dron para supervisar el movimiento de los integrantes de la banda.
Las autoridades han pedido a la ciudadanía que se quede en sus casas y han suspendido las clases escolares para evitar mayores desgracias porque se sospecha que los delincuentes dejaron cargas explosivas plantadas en las calles al darse a la fuga.
Hace tres años esta misma ciudad sufrió un asalto parecido aunque de menor envergadura para robar una empresa de transporte de dinero. En los últimos meses también ha habido atracos similares en otras localidades de São Paulo.
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