Un grupo de 11 jefas de Estado y de Gobierno, han instado a los talibanes, en un llamamiento conjunto, a respetar los derechos de las mujeres y niñas afganas y a impedir actos de violencia contra ellas. “Hombres y mujeres somos iguales y nuestros derechos son inalienables e incuestionables”, recalcan las políticas en su manifiesto.
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La iniciativa, que partió de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputová y la primera ministra de Islandia, Katrin Jakobsdóttir, urge a la comunidad internacional a que siga con atención la situación y vigile los derechos de las personas más vulnerables en Afganistán, después de que el pasado 15 de agosto los talibanes se hicieran con el poder.
A diferencia de otros llamamientos hechos por mujeres a la comunidad internacional, este va dirigido directamente a las milicias islamistas que ya controlan el país.
“Estamos profundamente preocupadas por los acontecimientos actuales en Afganistán, incluidos los múltiples informes sobre violaciones de los derechos de las niñas y las mujeres en muchas partes del país”, indican las políticas.
“Hacemos un llamamiento a los gobernantes actuales y futuros en Afganistán para que respeten los derechos de las mujeres y las niñas y se abstengan de cualquier acción que restrinja sus derechos en áreas como el empleo, la educación, el acceso a la atención médica, la cultura o los cargos públicos”, piden las mandatarias en el texto suscrito, entre otras, por la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.
Las dirigentes insisten en otro mensaje para los talibanes en que no se ejerza ningún tipo de violencia contra las mujeres. “Instamos enérgicamente a las autoridades afganas a prevenir todas las formas de violencia contra las mujeres o las niñas”.
Las 11 políticas recalcan que, independientemente de las diferencias que pueda haber, “hombres y mujeres somos iguales y nuestros derechos son inalienables e incuestionables”. También prometen a las mujeres y niñas afganas que seguirán de cerca los acontecimientos en su país, que escucharán sus voces y seguirán apoyando sus derechos y oportunidades.
Además de las representantes eslovaca e islandesa, se han sumado al llamamiento la presidenta de Grecia, Katerina Sakelaropulu; las primeras ministras de Dinamarca, Mette Frederiksen; de Estonia, Kaja Kallas; de Lituania, Ingrida Simonyté; de Finlandia, Sanna Marin; de Noruega, Erna Solberg, así como las presidentas de Georgia, Salome Zourabichvili y Moldavia, Maia Sandu.
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