Necesitada de los puntos, de goles y del rearme anímico tras la derrota en Solna ante Suecia, la selección española ventiló a Georgia, menos combativa de lo que fue en Tbilisi. Cumplió la Roja con un primer tiempo serio y un segundo más ramplón en el que no pudo redondear una goleada mayor que les hubiera venido bien a los futbolistas de Luis Enrique. Con dos partidos más que Suecia, lidera el grupo y la supera en un gol en la diferencia de tantos.
De entrada, el partido era un engorro y medía el temple de una selección en la que se registraban cinco cambios respecto al último partido. En defensa, se mantuvo el espinazo, con la única novedad de Gayá por Alba. En el centro del campo se mantuvo Soler, al que acompañaron Marcos Llorente y Rodrigo. Y arriba, Abel Ruiz y Pablo Sarabia escoltaron al intocable Ferran. Esa segunda unidad cumplió, con una gran versión de la conexión valenciana que montaron entre Soler, Gayá y Ferran.
No tenía otra España que ganar después del traspié de Suecia. Y buscar un racimo de goles por si al término de la fase de clasificación se da un empate a puntos entre ambas selecciones. El desempeño para alcanzar la goleada fue de manual ante un rival con un guion en el que solo cabía defender e intentar cazar un contragolpe. Campo ancho, circulaciones rápidas y precisión en los pases finales en los remates. Georgia fue encastillada de principio a fin.
Cinco minutos largos tardó en pasar del centro del campo. No hubo más partido que el que quiso jugar España. Laporte y Eric García, que salieron malparados de Solna, marcaron la raya. Rodrigo jugó fácil en los pases de seguridad y tuvo el pie fino en los cambios de orientación y en los que rompieron líneas. A partir de ahí, España encontró los agujeros por los costados. Primero por la izquierda. Entre Sarabia, Gayá y Carlos Soler iniciaron el atracón que se dio la Roja. El volante valencianista ha entrado pisando fuerte en su primera convocatoria. Si ante los suecos fue el mejor de los centrocampistas, ante los georgianos fue el primero en descubrir cómo rajar el sistema defensivo. Estuvo delicado en el toque y dañino para descubrir los pasillos. De un córner picudo, nació el primer gol. Gayá se encontró el balón en la frontal del área y lo reventó. El duro disparo se coló tras atravesar un bosque de piernas y tocar en un defensor georgiano. Apenas habían transcurrido 10 minutos y España logró el objetivo de abrir la lata lo antes posible para evitar nervios y urgencias.
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Si el toque de corneta comenzó en la izquierda, no tardó en trasladarse a la derecha. Y allí emergió Marcos Llorente, alineado esta vez como interior. A la segunda de una de sus clásicas rupturas en velocidad ganó la línea de fondo y su pase atrás lo remachó Carlos Soler, que además de constructor se ha presentado como llegador. Una buena noticia para Luis Enrique, que hace tiempo que busca centrocampistas con pegada. Soler ha levantado la mano.
De otra carrera de Llorente llegó el tercero, con España ya desatada y a la que poco antes se le había anulado un gol a Gayá. Fue Ferran el destinatario del pase del centrocampista del Atlético. No hay dudas de que puede jugar de lateral, tal y como lo hacen desempeñarse de vez en cuando Luis Enrique y Simeone. Pero más cierto es que su número de desmarques al espacio y llegadas es muy superior cuando juega en posiciones más adelantadas.
En vídeo, declaraciones de Luis Enrique tras el partido.
Con tres goles en el saco, España se fue al descanso con la sensación de haber jugado a lo que tenía que jugar. Del entretiempo salió más remolona y Georgia lo hizo tocada en el orgullo, más afilada. En menos de cinco minutos, los futbolistas de Sagnol pisaron más veces el área de Unai Simón que en todo el primer tiempo. A España le costó domar esa velocidad de más con la que se emplearon los georgianos. Tanto que Unai tuvo que emplearse a fondo para desviar contra el poste un disparo de Mikautdaze.
El susto volvió a poner firme a España, que se desperezó en una contra precisa. Los georgianos se quedaron dormidos en un saque de esquina a favor. Lanzado Sarabia desde campo propio, corrió hasta el pico del área y se sacó un pase corrido con el exterior al otro carril por el que acudía Fornals. Este, tras sentar a un par de georgianos, le devolvió el regalo a Sarabia para que marcara a placer. El ya jugador del Sporting de Portugal sigue con la defensa de sus convocatorias aportando desborde y goles. Suma ya cuatro desde que fuera incluido en la lista de la Eurocopa, de la que salió reforzado. Al poco de marcar, dejó solo a Abel Ruiz ante Loria, que le tapó el remate con el pecho. Estuvo más trabajador fijando a los centrales y presionando que certero en el remate el delantero del Braga, la gran novedad de esta lista. Ya en el primer tiempo tuvo otra ocasión clara que no aprovechó.
Con el 4-0, Luis Enrique hizo debutar a Robert Sánchez, que esperaba el momento desde los amistosos previos a la Eurocopa. También hubo baile de posiciones para rematar un encuentro en el que a España le hubiera venido bien un par de goles más.
La “mejor versión” de Marcos Llorente, más cerca del área
La España de Luis Enrique buscaba goles para aliviar sus apreturas en la clasificación para el Mundial de 2022 y en Badajoz sumó cuatro, de Gayà, Carlos Soler, Ferran Torres y Sarabia. Ahora, la selección es provisionalmente líder de su grupo, con 10 puntos tras cinco partidos y un +6 en la diferencia de goles, antes de viajar a Kosovo.
“Nos hemos reencontrado con el gol y hemos generado muchas ocasiones. Jugamos con el estilo que quiere el míster y desbordamos por todos los lados”, resumió tras el partido Marcos Llorente, incisivo en el centro del campo. “Es donde di mi mejor versión e hice la mejor temporada de mi carrera el curso pasado. Los entrenadores lo saben. Pero yo juego donde me pongan. Hoy he podido jugar ahí y creo que he hecho un gran partido”, sentenció el jugador del Atlético. “Sabemos que la diferencia de goles puede ser importante y, a pesar de que Georgia se encerró, hicimos bien nuestro trabajo”, sumó Ferran Torres.
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