El Culto a la Santa Muerte; el altar de los reos del penal de San José el Alto, sus fieles seguidores

El Culto a la Santa Muerte; el altar de los reos del penal de San José el Alto, sus fieles seguidores

Por Armando Guerra

Querétaro, Qro.- 30 octubre de 2021.- Se dice que ella es la patrona de narcos, delincuentes y presos, aunque la iglesia católica  hasta ahora ha rechazado  la práctica de veneración y adoración a la Santa Muerte, la imagen de la también llamada “Niña Blanca” está representada por un esqueleto humano, envuelta en un vestido blanco o negro, con una diadema sobre su peluca de cabellos largos, con dedos huesudos llenos de anillos de oro y dinero que fueron sus primeras ofrendas.

En Querétaro como en Tepito, en el municipio de Pedro Escobedo sobre el kilómetro 173 de la autopista México- Querétaro, existe una capilla en honor a la Santa Muerte, ahí cada año,  al  inicio del mes de Noviembre llegan cientos de creyentes quienes organizan una gran fiesta en honor a La Niña Santa, son 24 horas de música, cuetes, comida, alcohol y sobre  todo adoración a su “santa patrona”

 “A ella le gusta fumar, le gusta el humo a tabaco” dicen los ex reos Oscar Duarte Acosta y “El Choche”  dos de sus más fieles seguidores y quienes fueron los iniciadores de  un pequeño altarcito a la Santa Muerte  en el penal de San José El Alto.

Según algunos historiadores, el culto a la Santa Muerte antecede a los tiempos de Hernán Cortés cuando la era  de la conquista, sin embargo otros escritores contemporáneos aseguran que la imagen apareció en Hidalgo en 1965 y muy pronto su adoración se extendió a los Estados de México, Veracruz, Guerrero, Campeche , Chihuahua y Nuevo León.

Un antecedente más cercano a la realidad indica que aún después de la conquista española que trajo el catolicismo a nuestra religión y costumbres, los mexicanos mantuvieron una fuerte devoción pagana a la muerte como se viene reflejando hasta la fecha cuando celebramos el  2 de noviembre el “Día de Muertos”.

La Santa Muerte es reconocida por todo tipo de personajes relacionados con  la delincuencia de la sociedad mexicana, pero principalmente con los habitantes de los barrios más populares de nuestro país.

El Barrio de Tepito fue el primer centro de veneración y adoración a la Santa Muerte que se fundó en México, ahí en la parroquia de la Misericordia  perteneciente a la Iglesia Tradicionalista Mexicana  llegan cada año los más prominentes narcos, asesinos y ex presidiaros para pedir perdón y favores a su “santa muerte”.

Sus devotos ofrendan frutas, comida, incienso, pero principalmente cigarros que según la creencia siempre deben ser dos; uno para “su protectora” y otro para el creyente.

Mientras por otra parte  el vendedor de drogas en Queretaor,  Carmelo Morales “El Tlacoyo” es entrevistado  al respecto y en medio de un ambiente de vicio y drogadicción el distribuidor de drogas dice que la Santa Muerte la lleva como muchos con gran fe, porque cree que el día de mañana va a venir por él, por eso se acoge a ella, dice que “la niña blanca no te apoya si le quedas,  mal”.

El distribuidor de estupefacientes conocido en el bajo mundo de las drogas como “El Tlacoyo” dice que el culto que le rinde a su “santísima” es para que  lo cuide y  ayude a vender mas “grapas”. Espera le aleje del camino a su competencia, pero los mas importante es de que lo proteja para que no le caiga la ley.

Existe la creencia de que para que una imagen de la Santa Muerte tenga “autenticidad” y pueda ayudar verdaderamente a sus creyentes, deberá ser obsequiada entre los devotos, “nunca debes comprarla, debes pedir a alguien que te la regale”.               

Los principales narcos del país y de Querétaro acostumbran  traer ostentosas y  lujosas cadenas de oro y plata de la Santa Muerte, son ellos quienes las mandan hacer, pues su creencia es  que los aleja de las envidias de otros  adversarios narcotraficantes.

A tanto  ha llegado el fanatismo de los capos del narcotráfico para con la Santa Muerte que ellos mismos han instalado y creado otros santuarios, templos y centros en honor a su veneración.

 Por ejemplo en la carretera Anahuac-Lampazos en  el estado de Nuevo León, cuya ruta es utilizada por narcos,  fue construida una capilla para ella sola, en aquel lugar existe una enorme fotografía del narcotraficante Jesús Marlverde,  mejor conocido como “El Santo de los narcos”.


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