Miren Elorduy: “Nadie cuestiona una librería especializada en mar, pero en mujeres sí”


El nivel de acoso y troleo que sufrió la librería Mujeres y Compañía en redes después de retirar los libros de Carmen Mola al descubrirse que se trataba de tres hombres fue tan agresivo que sus dueñas prefirieron el silencio. Una de las cuatro, Miren Elorduy (Madrid, 46 años) se anima al fin a hablar. Y lo hace con el entusiasmo intacto por un modelo de librería especializada que nadie cuestiona salvo cuando atañe a la mujer. La suya cumple 10 años en Madrid.

Pregunta. ¿Por qué una librería de mujeres?

Respuesta. Las mujeres siguen en minoría en todos los espacios de poder y en visibilización. Por eso es necesaria una librería especializada en literatura escrita por mujeres. El 64% de lectores son mujeres, pero en las mesas de novedades es difícil encontrarlas.

P. ¿Es preciso discriminar al hombre?

R. La cuestión es por qué rescatar voces silenciadas durante siglos es discriminación, sexismo. ¿En qué cabeza cabe? Yo plantearía la pregunta al revés: por qué nunca va nadie a una librería generalista y cuestiona los fondos que hay ahí de autores racializados, por ejemplo. En estos días lo vemos de nuevo: se pone el foco en nosotras, en lugar de en tres hombres, señores como tres soles, que se han llevado un millón de euros crudos tras hacerse pasar por una autora. Y no estamos hablando de que te pongas un seudónimo, ok con eso, pero ellos han dado entrevistas, han fingido ser una mujer con una serie de idiosincrasias que además la hacían más atractiva. Cuando me hablan de discriminación invitaría a investigar por qué Caterina Albert se puso un seudónimo. O George Elliott. No es lo mismo cuando participas de la mesa que cuando te dejan las sobras.

P. Comunicaron la retirada en un vídeo y se lio. ¿Cómo lo vivió?

R. Hacemos vídeos en TikTok a menudo, este no fue el primer ni el último, y dijimos expresamente que no dábamos permiso para difundirlo, pero se hizo viral. Hemos recibido muchísimo apoyo, pero sobre todo mucho odio y misoginia, lo que demuestra por qué esta librería es necesaria.

P. ¿Qué ha pasado para que se manifieste tanto odio?

R. Algunos señoros del mundo cultural han soltado sus improperios y algo que nos hace gracia es por qué nadie se cuestiona una librería —fantástica, por cierto— especializada en el mar en Madrid, o en economía. Las especializaciones existen y la nuestra se toma como un insulto. Yo no estoy discriminando, estoy seleccionando y por ello nos insultan supuestos escritores y periolistos.

P. ¿Periolistos?

R. Los llamamos así. Los que critican sin ir al fondo de la cuestión. Si estás especializado en pescados y te viene un trozo de buey, lo devuelves, tienes todo el derecho del mundo.

P. ¿Se acostumbran a los insultos?

R. Estamos acostumbradas. Durante un par de días la web nos dio problemas. Nos han mandado correos, comentarios en redes, y en Twitter estalló todo. A partir de ahí: feminazis, censoras, torquemadas, hembristas. Que a nosotras nos llamen hembristas nos da la risa porque sabemos de dónde sale, de una misoginia que hace necesaria nuestra especialidad. No sabíamos quién estaba detrás de Mola y nos fiamos de quien quizá no debíamos.

P. A veces les llaman clientes que piden mujeres “de compañía”. ¿En serio o para vacilar?

R. En serio. La capacidad lectora de este país es complicada. Inmersas en esta misoginia nuestro nombre llama la atención, sí.

P. ¿Cuál es el mayor enemigo de las librerías? ¿Amazon o el bajo nivel de lectura?

R. El mayor enemigo es Amazon o Voldemort, como queramos llamarle, pero nuestras lectoras saben que una especialización lleva consigo una reflexión. Amazon te da algoritmos, las librerías tenemos otras estrategias.

P. ¿Se acercan los hombres por aquí?

R. Algunos nos preguntan si pueden entrar y tenemos una respuesta clave: los hombres inteligentes, sí. Tenemos muchos lectores y socios, hombres inteligentes que saben que esto tiene que ocurrir, que es pura lógica evolutiva.


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