Aniko Villalba: “Si algo sale mal, puede abrir otro camino”

by

in

Nació en Buenos Aires, pero tiene raíces españolas y húngaras. Durante diez años fue nómada digital: recorrió cincuenta países con su mochila, su ordenador y su cámara y narró sus experiencias en su blog Viajando por ahí y otros medios. Ahora está instalada en Amsterdam, desde donde Aniko Villalba se dedica principalmente a escribir y dar talleres de escritura y creatividad.

Cuéntenos de dónde acaba de volver.

De unas vacaciones familiares en Alsacia, visitando pueblos chiquititos de esta zona del noreste de Francia.

¿En qué lugar del mundo se ha sentido más feliz?

En cualquier lugar donde haya mar estoy contenta: así me sentí en las islas de San Blas, en el Caribe panameño.

El destino que merece la fama que posee.

Islandia. Me impresionó mucho por sus paisajes. Vi montañas, glaciares y géiseres, y, como fui en verano, había luz todo el tiempo y el clima cambiaba cada cinco minutos.

¿Qué sitio superó sus expectativas?

Japón me gustó más de lo que pensaba. Estuve de finales de verano a finales de otoño y no esperaba ver una naturaleza tan impactante y tantos tonos de rojo y de amarillo.

Una aurora boreal en Levi, en la región finlandesa de Laponia.
Una aurora boreal en Levi, en la región finlandesa de Laponia. getty images

Su vista favorita.

La aurora boreal en Laponia, que es de colores verdosos y violetas. Estábamos en unas cabañas, junto a un bosque nevado, pero alguien de la zona nos recomendó ir a un claro del bosque, lejos de cualquier otra luz, y allí la vimos muy bien.

¿Algún ritual viajero?

Siempre visito librerías y papelerías. En Londres me gusta mucho la sucursal de la librería Waterstones, en Piccadilly. Y en Kuala Lumpur me encantó la papelería Stickerrific.

Describa un recuerdo de las vacaciones de su niñez.

Con mi familia solíamos ir a playas argentinas y brasileñas. El verano estaba siempre ligado al mar. Yo juntaba caracolas y hacía snorkel.

¿Recuerda algún desastre vacacional?

A veces, cuando algo sale mal, eso mismo te abre un camino inesperado. Por ejemplo, en Vietnam contraté un tour de tres días por las islas de la bahía de Halong donde no me dieron nada de lo que me habían ofrecido, pero conocí a gente que iba en el mismo barco y nos hicimos amigos.

¿Cuál es la persona más peculiar que ha conocido?

En 2008, durante mi primer viaje de mochilera, conocí a un nómada digital estadounidense en Ciudad de Panamá. Se dedicaba a escribir artículos de viajes y usaba ese dinero para seguir viajando. En esa época era raro conocer a alguien que trabajase online y viajase al mismo tiempo. Para mí fue revelador y me mostró que era un estilo de vida posible.

¿Ha sentido miedo mientras viajaba?

Pocas veces. En alguna ocasión me he perdido de noche en ciudades. En Kuala Lumpur, por ejemplo, me bajé en una parada equivocada y acabé bajo una autopista yo sola. Por suerte, apareció un taxi.

¿Un plato memorable que probó en un viaje?

Diría que muchos de los platos de la cocina de fusión asiática que probé en Malasia. Allí conviven varias culturas: la india, la china y la malaya, y a menudo las distintas cocinas se entremezclan.

Y alguno incomprensible…

En China, al no hablar el idioma, me servían platos que no sabía qué eran y no podía preguntarles. Una vez comí algo que parecía queso o quizá tofu, pero no era ninguna de las dos cosas.

Encuentra inspiración para tus próximos viajes en nuestro Facebook y Twitter e Instragram o suscríbete aquí a la Newsletter de El Viajero.




Source link