El minilateralismo: una nueva baza de Biden


Una vez despejado el espacio político con la retirada de Afganistán, la Administración Biden se apresura a activar nuevos centros de poder en la región que contengan a Pekín. De este modo confirma la reciente advertencia de Emilio Lamo de Espinosa en su libro Entre águilas y dragones. El declive de Occidente (Espasa): “El poder es siempre relacional, se tiene en relación con alguien, y por ello es siempre un juego de suma cero”. En el mundo actual, de cara a mantener su posición frente al auge de China, Washington necesita tejer una red de alianzas con Estados afines que le ayuden a restablecer el equilibrio perdido. Y lo hace potenciando una nueva forma política de creciente presencia en el Indo-Pacífico: el minilateralismo. Se trata de acuerdos informales de cooperación entre tres y nueve países que, según los politólogos Bhubhindar Singh y Sara Teo, al ocupar un ámbito intermedio entre el bilateralismo y el multilateralismo son más flexibles y funcionales. De un lado, plataformas exclusivas que incluyen únicamente a países comprometidos y relevantes en las cuestiones a tratar. De otro, alianzas que proporcionan una respuesta a los déficits del multilateralismo de amplio espectro, en dificultades para rebasar el mínimo común denominador y para adecuarse a la velocidad de los cambios.

En esta línea, con motivo del encuentro que tuvo lugar en octubre entre los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Israel, Emiratos Árabes e India, ha surgido el Quad-2, un diálogo estratégico cuadrilateral para la cooperación en comercio, nuevas tecnologías y seguridad marítima. Al igual que los recientes minilaterales Aukus (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) y Quad (USA, Australia, Japón e India), el nuevo acuerdo intenta modificar el mapa político regional. A diferencia de los anteriores formatos, el nuevo Quad-2 cuenta con Israel y los Emiratos, dos países con los que China mantiene cordiales y fructíferas relaciones, piezas clave en el proyecto de infraestructuras de la Nueva Ruta de la Seda.

Los beneficios para las partes son importantes y llevan a sumar la riqueza de los Emiratos, la tecnología puntera de Israel, y la colosal capacidad de consumo del mercado indio unida a su potencial productivo. Este último impulsado por la iniciativa Make in India de Modi para atraer la manufactura mundial al país. Precisamente la India, que repite Quad, sale reforzada desde su centralidad en el Indo-Pacífico frente a China y Pakistán, rivales unidos por el corredor económico. En el plano de los perjudicados, además de ellos, se encontraría Irán.

De la rápida formación del Quad-2, se pueden extraer tres conclusiones. Primero la urgencia de Biden por contener la expansión china. Segundo, el rol de Pekín como catalizador de agrupaciones contrarias a sus intereses. Mientras Xi Jinping practique la vía de la acción unilateral en las disputas territoriales, los acuerdos minilaterales seguirán adelante. Finalmente, la competencia entre el águila y el dragón, está forzando a otros a elegir. Caso de la Unión Europea. @evabor3

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