El Gobierno y los sindicatos han escenificado este martes el acuerdo alcanzado un día antes en cuanto al diseño final del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que sustituirá al derogado Factor de Sostenibilidad, con el que se pretende reforzar el sistema de pensiones ante la cercanía de las jubilaciones de los baby boomers (la generación más numerosa nacida entre finales de los cincuenta y finales de los setenta). En un desayuno celebrado en La Moncloa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha estado acompañado por las vicepresidentas Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribero; así como de las ministras de Hacienda, María Jesús Montero; y de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto; y del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Al encuentro han acudido también los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez; y CC OO, Unai Sordo; no así representantes de las patronales, CEOE y Cepyme, lo que ha evidenciado aún más el distanciamiento que existe entre Gobierno y empresarios por el aumento de la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social que recoge el acuerdo.
¿Qué subida de cotizaciones han pactado el Gobierno y los sindicatos?
La subida de las cotizaciones acordada por el Gobierno y los sindicatos, sin la patronal, supone subir 0,5 puntos porcentuales la cotización de las empresas y 0,1 puntos la de los trabajadores. En la actualidad, por contingencias comunes las compañías pagan un 23,6% de la base de cotización (equivalente aproximadamente al salario bruto mensual con las pagas extras promediadas), mientras que los trabajadores cotizan un 4,7%. Con la reforma ahora pactada, a la espera de conocer los detalles, las cotizaciones pasarían a ser del 24,1% y del 4,8%, respectivamente, si bien esa cotización adicional tendrá un destino finalista: acumularse en el fondo de reserva de las pensiones.
¿Cuánto impacta eso en el sueldo bruto?
La cuenta es sencilla de hacer. Para el trabajador, supondrá detraer del sueldo un 0,1% de su base de cotización. Por ejemplo, para un trabajador con la base mínima de 1.050 euros mensuales (12.600 euros anuales), la cotización adicional equivaldrá a 1,05 euros menos en la nómina (12,6 euros menos al año). Los empresarios tendrán que cotizar por ellos 5,25 euros mensuales más (63 euros al año). Para los trabajadores en la base de cotización máxima, de 4.070,10 euros mensuales (48.841,2 euros anuales), la rebaja en la nómina mensual antes de retenciones será de 4,07 euros mensuales (48,8 euros al año), mientras que la empresa tendrá que cotizar 20,35 euros adicionales al mes (244 euros más al año). El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, puso el ejemplo de un trabajador con la base media, de unos 2.000 euros mensuales, lo que se traduciría en una cotización adicional de dos euros al mes a cargo del trabajador y 10 euros mensuales más a cotizar por la empresa.
¿Cuánto baja el sueldo neto?
El sueldo neto depende de múltiples circunstancias personales, familiares y laborales y de la renta anual en su conjunto, con lo que no resulta fácil calcular de forma general el impacto para los trabajadores. En última instancia, el impacto neto sobre la nómina no se sabrá hasta la declaración de la renta de cada contribuyente. Sin embargo, sí que puede hacerse una aproximación tomando en cuenta los tipos de retención por tramos en el IRPF y la conclusión es que para la inmensa mayoría de los trabajadores será el equivalente a entre 1 y 2,5 euros netos mensuales. Volviendo a los dos ejemplos anteriores, para el trabajador que se sitúe en la base mínima, el impacto neto será muy similar al bruto, de aproximadamente un euro mensual. Para los trabajadores estables que se sitúen en las bases máximas y que por tanto están en principio sujetos a tipos de retención del 37% (que se aplica entre 35.200 y 60.000 euros) o del 45% (para rentas de más de 60.000 euros), la rebaja en la nómina después de retenciones será aproximadamente de unos 2-2,5 euros. Para el trabajador medio, con un sueldo mensual de unos 2.000 euros brutos, la rebaja neta en la nómina será de aproximadamente 1,5 euros. En un caso extremo, para trabajadores que coticen por la base más alta, pero no estén sujetos a retención porque su sueldo anual, por trabajar pocos meses, sea bajo, el recorte neto podría llegar a ser igual al bruto, unos 4 euros.
¿Cuándo entrará en vigor la subida de las cotizaciones?
No será hasta 2023 cuando empiece a aplicarse este nuevo sistema de cotizaciones. Desde ese año y hasta 2032 se fijará esta nueva cotización finalista, pero a partir de 2033 se revisará cada tres años si el nivel de gasto programado para 2050 que se proyecta dentro del informe de 2024 denominado Ageing Report, y elaborado por la Comisión Europea (o en un documento análogo), se desvía de esas estimaciones. En caso afirmativo se hará uso del fondo para cubrir el incremento; y de no ser así se pedirá permiso al Pacto de Toledo para rebajar de nuevo las cotizaciones, o para emplear el superávit en una mejora de la cuantía de las pensiones.
¿Cuánto se pretende recaudar con esta subida?
El ministro de Seguridad Social aseguró durante la rueda de prensa posterior al pacto del MEI que el objetivo del Gobierno es recaudar cerca de 50.000 millones de euros en 10 años (sumando aportaciones e intereses) con los que afrontar con garantías el pago de las pensiones entre 2032 y 2050. Cabe recordar que el pico más elevado de la hucha de las pensiones llegó hasta los 67.000 millones de euros en 2011.
¿Por qué no se han sumado los empresarios al pacto?
Como ya sucediera con la última negociación sobre el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), tanto la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) como la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas (Cepyme) han rechazado la propuesta del Gobierno. Su mensaje ha sido claro: un aumento de las cotizaciones pone en riesgo la recuperación económica y la competitividad de las empresas. “Aumentar las cotizaciones sociales y hacer que la mayor carga recaiga sobre las empresas tiene efectos negativos sobre el empleo y va en dirección contraria a lo que necesita el sistema público de pensiones. El crecimiento del empleo es la principal garantía de sostenimiento del sistema de pensiones”, aseguraron en un comunicado.
¿Que el acuerdo no sea a tres bandas lo invalida?
No. En este caso la negociación acerca del MEI no requiere de un consenso a tres para su presentación en el Congreso. A diferencia de lo que ocurre con el grueso de la reforma laboral, donde Europa exige un acuerdo en el marco del diálogo social (aunque siempre existen matices), el compromiso adquirido con Bruselas es de discusión con los agentes sociales, pero no se exige el sí de las tres partes. “[…] Algunas de las medidas, como la revisión del sistema de indexación, los incentivos a la jubilación tardía y los cambios normativos relativos a la jubilación anticipada, deberían debatirse en el contexto del diálogo social”, determina el texto redactado por el Gobierno.
¿Cuál es el siguiente paso?
Una vez acordado el MEI entre el Gobierno y los sindicatos, este elemento se incluirá en el proyecto de ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad del sistema, actualmente en tramitación parlamentaria, a través de una enmienda.
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