Los animales han dejado de ser cosas para la legislación española. A partir de ahora, se considerarán “seres sintientes” y como tal tendrán un tratamiento legal diferente a la de cualquier objeto inanimado. No podrán ser embargados, hipotecados, abandonados, maltratados o apartados de uno de sus dueños en caso de separación o divorcio sin tener en cuenta su bienestar o su protección. La nueva ley del régimen jurídico de los animales ha obtenido este jueves un amplio apoyo del Congreso de los Diputados, donde solo Vox se ha opuesto a ella frontalmente. La norma modifica el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil y afecta, como declaración genérica, a todos los animales (de compañía, domésticos, silvestres o salvajes) que han de ser tratados teniendo en cuenta su bienestar y su protección.
Que los animales son seres vivos con capacidad de sentir, dotados de sensibilidad, con unos intereses y derechos que hay que tener en cuenta, ya estaba reconocido en el derecho comunitario e incluso en el Código Penal desde 2003 y en leyes administrativas de las comunidades autónomas. Pero el Código Civil, siendo una norma básica, estaba por detrás, y ahora se introducen cuestiones con las que lidian los abogados en los despachos, que carecían del soporte legal para solucionarlas. “Se da un paso adelante y se dice que en separaciones y divorcios se decidirá el régimen que se va a aplicar a los animales, teniendo en cuenta no solo los intereses de los humanos, sino del animal”, explica la abogada María González Lacabex, miembro de INTERcids, organización con una dilatada experiencia en protección de los animales.
La ley ha tenido una tramitación sinuosa desde que se planteó por primera vez la iniciativa, en 2017. Las sucesivas convocatorias electorales impidieron tramitarla hasta que en esta legislatura la recuperaron las dos formaciones del Gobierno. En abril obtuvo un amplio respaldo del Congreso, con los únicos votos contrarios de Vox, y, tras pasar por el Senado, donde se introdujeron algunas enmiendas, ha obtenido este jueves la aprobación definitiva de la Cámara baja.
El PP ha mostrado su acuerdo general con el texto, con algunas reticencias respecto a la regulación sobre los animales en caso de divorcio o separación, pero también ha advertido al Gobierno frente a los planes para ir más lejos en esta cuestión. El Ministerio de Derechos Sociales, comandado por Unidas Podemos, tiene en anteproyecto una ley de bienestar animal, con medidas más contundentes para evitar su comercio y maltrato. La diputada popular Teresa Aguado se ha dirigido a los socialistas para pedirles: “No cedan a las presiones extremistas de sus socios para atacar nuestra tradición, nuestra cultura, nuestro mundo rural”.
La mayoría de los grupos se ha felicitado por la aprobación de la ley. “Es una victoria moral en un país donde se abandonan 200.000 animales cada año”, ha dicho Juantxo López de Uralde, de Unidas Podemos. Tanto él como la socialista Sonia Guaita han destacado que la mayoría de países europeos ya tienen legislaciones similares. “Los violentos con los animales lo son también potencialmente con las personas”, ha argumentado Guaita. Guillermo Díaz, de Ciudadanos, lo ha defendido así: “Somos la única especie que reconoce el sufrimiento de otras y eso comporta la obligación de evitar ese sufrimiento”. Díaz ha apuntado que hasta ahora los animales “no tenían una consideración diferente a la de un televisor” en casos como las separaciones de pareja.
De defender el rechazo solitario de Vox se ha encargado el diputado Ángel López Maraver, expresidente de la Federación Española de Caza. Y lo ha hecho en los términos estruendosos habituales en su partido: “Es una insensatez, un disparate y una necedad. Se humaniza a los animales y se deshumaniza al hombre”.
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